El escultor Sergio Peraza, hijo del reconocido maestro Humberto, mandó una carta pública al alcalde de Diutama, en una una misiva donde le cuestiona su proceder en torno al derribo de la estatua de César Rincón, como parte de un hecho que vulnera tratados internacionales en torno a los derechos culturales, ajenos a una ideología en particular.

El escrito íntegro dice:

"Decidimos remover"

Señor ¿lo tuvo que hacer de esa forma? ¿Era necesario así? ¿no recurrir a profesionales que conocen cómo desanclar y maniobrar obras de arte público? Habrá que ver cómo se violentaron los tratados internacionales de Derecho de Autor. (convenio de Berna 1886, Convención Universal 1952/1971 UNESCO, por citar dos fuentes.

Retirar una obra de arte público no es el problema, sino la forma en cómo usted ordenó que se hiciera. Le pregunto: ¿Porqué agredir la memoria de una personalidad que en su época se ganó un primerísimo lugar en el escalafón taurino internacional?  

El maestro Rincón no merece este abuso de poder solo para obtener "likes" y futuros votantes.  Aunque usted no lo quiera ver, el maestro Rincón aún es muy querido y valorado por miles de personas en mi país México, así como en muchos otros.

¿Y porqué la falta de respeto al escultor quien creó la estatua? Mi solidaridad con mi colega artista Argemiro Díaz Moreno porque este "acto simbólico" ha sido desconsiderado y grosero contra su obra. Hago un respetuoso llamado para que no se siga alimentando el odio contra sus connacionales que profesan con libertad una afición. 

¿Y que sigue?  Espero que no se acerque usted ni sus huestes a las obras de otro artista colombiano ejemplar como lo fue Don Fernando Botero. Él también desde su inspiración promovió toda su vida la corrida de toros. El movimiento antitaurino del que usted es parte, ya ha ganado por ley la batalla contra la tauromaquia en su Congreso.

Pero no era necesario rebajarse al nivel "Hooligan" contra la obra de arte. El arte no solo pertenece a un reducido grupo intelectual sino que es patrimonio universal. Si un grupo de personas no lo entiende, o están en desacuerdo, usted como cabeza de gobierno debería mediar y lograr acuerdos entre sus gobernados. 

A Dios pido que no escale esto a tal punto que veamos en las noticias que se lincha públicamente a ningún ciudadano que sea aficionado a la tauromaquia, ni que tomen bibliotecas para quemar libros de Federico García Lorca y otros tantos literatos que se refirieron en su momento histórico a la corrida de toros. Qué Dios lo bendiga".