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Muere don Juan Castillo, ganadero de Sinkehuel

Viernes, 17 May 2024    Mérida, Yuc.    Juan Álvarez | Corresponsal   
Propietario de una de las divisas más emblemáticas del sureste
El ganadero de Sinkehuel, don Juan Castillo González, falleció esta mañana en Maxcanú, Yucatán, y con su partida deja un hueco entre los criadores de toros de lidia del sureste mexicano, región en la que su divisa se convirtió en una de las más emblemáticas, ya que se fundó en 1896 por conducto de don Rafael Peón, con una punta de vacas criollas y un semental de Murube.

Don Juan nació en dicha localidad el 9 de agosto de 1942, y desde pequeño se aficionó a los toros. Y la fidelidad a esta casa ganadera y al trabajo desempeñado por la familia Peón, que habían creado este hierro, desembocó en una afición muy grande, la que heredó el padre de don Juan, que llegó a ser el administrador de la ganadería tras haber comenzado desde abajo, siendo primero vaquero y más tarde, caporal.

En el año de 1959, don Juan Castillo Castillo adquirió la ganadería de Sinkehuel a las hermanas doña Bertha y doña Cristina Peón, y a su fallecimiento, ocurrido en 1974, la legó a su hijo, que fue su propietario desde hace medio siglo hasta la fecha, aunque tiempo antes ya trabajaba ahí con mucha dedicación.

Hablar de Sinkéhuel, que es como debería pronunciarse este melodioso nombre (con acento en la primera "e"), es hablar de la crianza del toro bravo en tierras henequeneras, y remontarnos a una época repleta de romanticismo en la que aquellas hermosas haciendas de la región daban vida y sustento a gran parte de la economía del sureste mexicano.

A aquellos triunfos de principios del siglo XX que acreditaron su cartel, pasando por la época en que su padre rescató la ganadería tras la devastación que provocó la Revolución Mexicana, y recordando el famoso triunfo de Manuel Rodríguez "Manolete" en Mérida con el toro "Farolito" en 1946, Sinkehuel ha sido una constante y un referente muy significativo en la fiesta de toros de Campeche y Yucatán.

Quizá en la historia de la familia Castillo y su relación con Sinkehuel sea un referente de idealismo, en virtud de que su abuelo, don Teodoro Castillo, fue trabajador de la famosa ganadería que había consolidado don Simón Conde a mediados del siglo XIX. Y ahí está, precisamente, este vínculo de los Castillo con la crianza del toro bravo. Desde hace muchos ayeres.

Al paso de los años, este amor por el campo y por el toro, se cristalizó en el que parecía un sueño inalcanzable, el de convertirse en el propietario de Sinkehuel, lo que ocurrió en el año de 1959, cuando la familia Castillo se hizo cargo de los destinos de esta singular divisa yucateca.

Desde entonces, y con el afán de preservar la casta brava en Sinkehuel, don Juan mejoró su hato y se empeñó en ser un digno continuador de este legado, mediante un trabajo de mucho esfuerzo y dedicación, para mantener el nombre de su ganadería como una de las más señeras de esta noble región.

Y a fuerza de empeño y sacrificio, don Juan González Castillo evocó la figura recia y campera de su padre y llevó su afición taurina hasta el final de sus días.

En el año 2015, la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia, que por entonces encabezaba Manuel Sescosse, le entregó un merecido reconocimiento, evento que corresponde a la fotografía que ilustra esta información.

Será velado en su casa, que se encuentra en el municipio de Maxcanú, al centro del estado de Yucatán, y a las 16:30 horas habrá una misa de cuerpo presente en la parroquia de San Miguel, que será oficiada por su hijo Fausto, que es sacerdote. Don Juan tuvo cinco hijos de los cuales sobreviven cuatro, además del presbítero Fausto, que son: Juan, Manuel y Carmen, y José Luis, ya fallecido. Su viuda es la señora doña Carmen Pereira Lizárraga.

Nueve años después de ese grato encuentro con don Juan, hoy lo despedimos con el gusto de repetir aquel simpático refrán que inventó "El Poeta del Crucero". Nos referimos a aquel dicho de la gente que le dio todavía mayor popularidad a la ganadería: "Los toros de Sinkehuel, very well, very well". Descanse en paz tan insigne ganadero del sureste mexicano.


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