Las ferias y corridas programadas a partir de estas semanas, y hasta bien entrado el mes de mayo de 2024, representan la parte medular de la temporada nacional mexicana, y servirán para calibrar el posicionamiento de distintos toreros de cara al mediano plazo.
Y hoy que están tan escasas las oportunidades para muchos, seguramente los elegidos, aquellos que tendrá participación en los carteles más rematados, buscarán aprovechar la ocasión de justificarse en aras de seguir despertando el interés de las empresas y el público.
Es evidente que los toreros veteranos cada vez están toreando menos, y salvo Joselito Adame –con sus 16 años de alternativa a cuestas– sigue marcando ese liderazgo que es un referente para los más jóvenes, concretamente para los espadas de la "Cosecha del 22", que tantas esperanzas han despertado entre los aficionados.
En las generaciones intermedias, Leo Valadez sigue siendo el otro referente, toda vez que en los dos últimos años ha madurado. Su paso por Las Ventas le ha servido para continuar abriéndose paso en plazas de España y Francia, no obstante que en la última corrida en Madrid haya tenido que remar contracorriente ante dos toros de Victorino Martín que le habrán dejado algunas enseñanzas.
Actualmente, tanto Leo como Isaac Fonseca, que también toreó en la reciente Feria de Otoño, no consiguieron ratificar sus bonos en la primera plaza del mundo, sobre todo el moreliano, que aún no ha podido cortar ninguna oreja en Madrid, y ahora viene a México a afrontar una temporada decisiva para su despegue, luego de haberse dejado escapar el triunfo que tanto anhelaba la afición de México.
Fonseca está llamado a triunfar en todas las corridas que tiene por delante, si acaso pretende seguir despertando la atención de la afición europea. De hecho, lo siguen viendo con buenos ojos, pero con el inconveniente de que en 2024 la cosa se pondrá cuesta arriba para firmar contratos en plazas de primera y segunda categoría.
Con 41 corridas toreadas hasta el momento, Isaac regresa a México con una experiencia de poco más de un año en el escalafón de matadores, y la gente lo va a estar esperando con la ilusión de que se convierta en ese otro revulsivo que se sume a lo que ya están haciendo por aquí otros toreros que se doctoraron a finales del año 2021, como es el caso de Héctor Gutiérrez o Diego San Román, además de los que lo hicieron en 2022.
Y aunque la Plaza México siga cerrada y el moreliano no tenga a mano el recurso de confirmar su alternativa en dicho escenario, con la televisión de por medio, y la importancia mediática que ello representa, su obligación es no bajar la guardia ahora que, en determinadas corridas, se medirá con sus compañeros de generación.