Y bien dicen que no hay quinto malo, pues muy interesante resultó la quinta novillada de temporada, donde Miguel Aguilar se presentó en su tierra, y no podía hacerlo de mejor manera que consiguiendo la salida en hombros, luego de cortar un par de orejas del encierro de Villar del Águila.
Y sigue la mata dando, pues Aguascalientes sigue siendo punta de lanza en materia taurina, y en lo que respecta a los toreros, ahora tocó turno al hidrocálido Miguel Aguilar, quien dio muestra de un toreo con fondo y sobre todo con personalidad, esa que ha quedado obsoleta, olvidada, para muchos.
Ante su primero, Aguilar estuvo muy correcto, un trasteo limpio, se coloca firme para posteriormente citar, mandar y templar, haciendo un toreo con un trazo largo y con mucha profundidad, lo que de inmediato trasmite en los tendidos, estocada y oreja.
Con su segundo estuvo más relajado, intentó torear por naturales, pero el de Villar del Águila era bastante incomodo, cambió los procedimientos ahora por la diestra, toreando despacito y por debajo, bastó una tanda para meter al público en su faena, continuó en ese tenor y aquello era ya una caldera, un cúmulo de sentimientos, Si, Miguel ilusiona, y la espada lo privó de adjudicarse dos orejas más a la espuerta, aunque hubo fuerte petición para ello.
Pedro Bilbao se encontraba en su segunda actuación dentro de la temporada, y no se dejó nada guardado, un muchacho que gusta de colocarse en sitios muy cercanos, de esos donde las cornadas llegan, pero así es su expresión artística, y la que emociona. De rodillas en los medios para recibir a su primero, un quite ajustado por gaoneras, con muleta estuvo más que voluntarioso, pero su quehacer no tuvo mayor impacto, alargó su faena y la afición no lo tomó del todo bien.
Con su segundo, teniendo claro que era su última oportunidad de cosechar un triunfo, de nueva cuenta a entregar todo, un vibrante inicio de faena, en los medios para ejecutar un cambiado por la espalada, muestra de valor, y también sabe bajar la mano, aunque aún le falta camino por recorrer, tiene buenas maneras. Lo que sin duda se debe redoblar esfuerzos, es la ejecución de la suerte suprema, él lo sabe, tiene vergüenza torera, ya se afinarán esos detalles.
André Lagravere "El Galo", es uno de los novilleros con más actuaciones dentro del escalafón menor, incluso acartelado para la próxima feria de San Isidro, pero hoy no fue su tarde, no se confió del todo, ¿se le exigió de más?, lo normal para su rodaje. Lo que es rescatable, es la disposición que imprimió durante toda su actuación.