La obra pictórica del maestro Ramón Reveles que se encuentra en la Plaza México, compuesta por un total de 14 óleos de gran formato, ha sufrido un severo deterioro debido a su lógica exposición a la intemperie, pero sin que haya habido nunca la intención de restaurarla, lo que representa un hecho de negligencia.

La idea de dejar plasmada parte de la historia de la tauromaquia mexicana a través de la visión del maestro coahuilense, que actualmente cuenta 94 años, fue por iniciativa y patrocinio del empresario Alfonso Gaona, quien le encargó la realización de dichos óleos en 1981.

En su día, la finalidad de Gaona era doble: por una parte, la de dar a conocer el trabajo de Reveles más ampliamente, pues mantenían una relación de amistad; por otra, realizar una donación a la plaza y, por tanto, también a la afición del coso de Insurgentes.

De la totalidad de estas obras, sólo dos de ellas tienen un tamaño mayor que el resto. En la primera de dichas imágenes aparecen los tres toreros que inauguraron la plaza el 5 de febrero de 1946 (Luis Castro "El Soldado", Manuel Rodríguez "Manolete" y Luis Procuna), así como el toro "Jardinero", de San Mateo, que fue el primero que se lidió en aquella memorable corrida. Este cuadro se encuentra frente a la entrada de la llamada "Puerta del Encierro".

En la segunda obra se aprecia un recuento de los toreros y personajes más emblemáticos de la historia de la tauromaquia conformado por una impresionante cantidad de 72 rostros, según afirma Miguel Luna Parra en el trabajo "Monumental Plaza de Toros México. Su valor patrimonial" (número 68 de la atractiva Colección de Lecturas Taurinas, editada en 2012 por Bibliófilos Taurinos de México).

Asimismo, a lo largo del pasillo circular que rodea la entrada al Segundo Tendido de Sombra, están colgadas otras 12 obras que rememoran el paso por la Fiesta de distintas figuras del toreo de México, pintadas en un formato vertical de considerables proporciones. Varios de estos cuadros, como el del maestro El Soldado que ilustra esta nota, están casi irreconocibles.

Ojalá que se tomaran cartas en el asunto para buscar la forma de restaurar y preservar una obra pictórica que contiene un valor histórico y artístico, pues estos óleos ya forman parte del imaginario colectivo de varias generaciones de aficionados que han acudido a lo largo de los últimos 37 años a la Plaza México.