Posteriormente, y de manera didáctica, mostró a los presentes cada una de las partes del traje de luces y su historia y explicó cómo es que se debe liar el capote de paseo, para que la gente pudiera apreciar ciertos detalles un tanto desconocidos y llenos de misticismo que se realizan en estos rituales, además les enseñó cómo es que deben tomarse los avíos y algo de la técnica del toreo.

Luego fueron los más pequeños quienes con capotes en las manos rodearon a Macías en lo que fue una escena con torería y esperanza en el futuro, ellos interpretaron verónicas, gaoneras y chicuelinas al aire instruidos por Arturo. Los aficionados mayores no dejaron pasar el momento para que el torero les diera algún consejo, o embistiera a sus capotes y muletas.

Y para finalizar, El Club de Fomento y Formación Taurina entregó un reconocimiento a la trayectoria de Arturo Macías, obra del escultor José Luis González.  Posteriormente Macías se dio tiempo de convivir con la afición potosina, tomarse la fotografía del recuerdo y charlar con la gente que le mostró su inmenso cariño.