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Y quieren ser toreros... (video)

Sábado, 19 Nov 2016    Ciudad de México    Juan Antonio de Labra| Foto: Hidalgo           
El hidrocálido cuajó los mejores muletazos de la tarde
Parafraseando el título de la obra teatral del entusiasta Jaime Rojas Palacios, pero escrita en presente y no en pasado, habría que apuntar que hoy los tres espadas de este cartel de triunfadores dejaron sobre la arena cosas muy interesantes que siempre despiertan la ilusión de los aficionados, los más fieles.

Aunque no fue cierta, aunque sí muy graciosa, la frase de "El Profesor" cuando dijo: "¡Hoy estamos aquí los que no nos quieren en nuestras casas!", los escasísimos aficionados presentes justificaron ese toreo sincero de los novilleros, que se esforzaron por estar a la altura del compromiso, pero que no pudieron concretar con un triunfo debido a su deficiente manejo de la espada.

Y salvo la primera estocada entera, un tanto desprendida, que ejecutó Juan Pedro Llaguno, el resto se les fue en pinchar en repetidas ocasiones o colocar estocadas defectuosas, un hecho que enfrió ese buen ánimo que tenía la gente de aplaudirles para entrar en calor.

Este tipo de novilladas, con otro clima, y quizá en otro horario, serían una gran promoción para invitar a los niños y jóvenes a interesarse por la Fiesta. Porque el hecho de ver chavales de su edad buscando sobresalir en una profesión tan difícil, y sobreponerse a la adversidad, representa una enseñanza -en directo- de esos valores que atesora este maravilloso espectáculo.

Es comprensible que la empresa haya tenido que programar de un sopetón tres festejos al hilo para terminar con el compromiso que establece la ordenanza jurídica, pero no deja de ser un buen experimento que, en un futuro a mediano plazo, podría dar muy buenos resultados y no dejar de dar tercias sin caballos a precios inclusive más económicos, si cabe.

Este fogueo de los chavales en "la de cemento", sin duda les servirá para seguir afianzando sus conceptos taurinos y familiarizarse con el escenario, aunque hoy, por desgracia, lució una de las peores entradas de su historia.

Pero yendo a los asuntos positivos que arrojó el festejo se puede destacar las magníficas maneras que tiene Miguel Aguilar, el hermano menor del matador Mario, que asienta las zapatillas con determinación y tiende a hacer el toreo bueno. Así ligó hoy algunas series de buen acabado ante el mejor novillo del encierro de Jorge de Haro, divisa que regresó a este coso luego de varios años de ausencia.

Y fue con la muleta en la zurda con la que el hidrocálido brilló en trazos largos y sentidos, rematados por debajo de la pala del pitón, que causaron júbilo entre el público.

El quinto, un novillo basto, que no fue fácil de salida, terminó embistiendo mejor en la muleta y Aguilar le robó algunos redondos de buena factura, otra vez con el compás abierto, y acompañando con la cintura. Ojo, porque ahí hay un torero de clase.

Juan Pedro Llaguno ya no es el niño carismático y arrebatado de sus inicios como becerrista, lo que de pronto se echa un poco en falta porque esa es su verdadera personalidad. Ahora quiere hacer las cosas con más perfección, y eso está bien, pero ha perdido esa contagiosa chispa que le caracterizaba, y que también le diferenciaba del estilo clásico y elegante de su hermano Juan Pablo.

De cualquier manera, a su favor hay que afirmar que dejó detalles atractivos con su primer ejemplar, un novillo manejable que acudía un tanto rebrincado a la muleta, y al que banderilleó con acierto.

En el cuarto tuvo los arrestos de irse a plantar de rodillas en los medios, y el novillo saltó por encima, propinándole un par de fuertes golpes, en un tobillo y en un hombro, que no lo dejaron fuera de la lidia pero sí muy maltrecho.

A pesar de ello, y aunque el de Jorge de Haro sacó complicaciones, el novillero queretano lo acosó en el terreno de las tablas, cerca del burladero de matadores, y ahí le dio muletazos que la gente le agradeció por el empeño en sacar adelante la papeleta con mucha dignidad.

Y Sebastián Ibelles, que no estaba acartelado en un principio, y vino en sustitución del lesionado Héctor Gutiérrez, también hizo cosas muy toreras, como las verónicas de recibo al tercero, un ejemplar capacho que tuvo un buen pitón derecho, y al que más tarde le dio pases muy sabrosos, toreando a la mexicana, tanto en su concepto como en su interpretación.

Si acaso cita para el primer muletazo de cada serie demasiado de frente, pero luego corre la mano con temple y sentimiento, algo que sin duda le llegó al público, como esos dos soberbios trincherazos que levantaron un fuerte olé.

Lo malo fueron los pinchazos, que se tradujeron en cuatro avisos que emborronaron una actuación muy encomiable si se considera que es el que menos rodaje tiene de los tres espadas del cartel.

A ver si mañana mejora la entrada, porque siempre es gratificante ver a estos nuevos valores con esa frescura que emana de la juventud y las inmensas ganas de ser torero.

Ficha
Ciudad de México.- Plaza México. Primera novillada final del certamen "Soñadores de Gloria". Sin picadores. Unas 300 personas en tarde fría, con algunas ráfagas de viento. Novillos de Jorge de Haro, desiguales en presentación y hechuras, de variado comportamiento, de los que destacó el 2o. por su calidad. Pesos: 400, 376, 395, 397, 398 y 403 kilos. Juan Pablo Llaguno (verde botella y oro): Palmas y ovación. Miguel Aguilar (verde esmeralda y oro): Palmas tras aviso y palmas. Sebastián Ibelles (blanco y oro), que sustituía Héctor Gutiérrez: Silencio tras dos avisos en su lote.


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