Anecdotario de Giraldés: El miedo de Manolete
Viernes, 12 Ago 2016
Tijuana, B.C.
Giraldés | Opinión
Cuando Carlos Arruza se convirtió en "piloto"
La rivalidad profesional entre Manuel Rodríguez "Manolete" y Carlos Arruza duró poco... tres años, apenas. En todo ese tiempo, esta confrontación alcanzó un nivel realmente extraordinario porque en el arte del toreo, la intensidad es y siempre ha sido lo más importante delante del toro.
Debido al llamado "Boicot del miedo" de los toreros españoles en contra de los mexicanos, como lo bautizó Juan Belmonte, ocurrido en el año de 1936, las relaciones taurinas entre ambos países se interrumpieron. Y fue después de nueve largos años en que se firmó un convenio para restablecer las relaciones taurinas.
El primer mexicano que toreó tras esta firma fue Arruza, y lo hizo en Las Ventas de Madrid la tarde del 18 de julio de 1944, fecha que confirmó la alternativa que había recibido en El Toreo de la Condesa cinco años antes.
El Ciclón Mexicano obtuvo un triunfo clamoroso en esta corrida tan significativa. En el tercio de banderillas de su segundo toro, los tendidos de Las Ventas se cubrieron de pañuelos en un gesto de gran admiración del portento de Carlos con los palos.
En ese año de 1944, Manolete llevaba tres o cuatro temporadas en la cumbre del toreo; ahí se colocó porque hacía a los toros, todas las tardes, lo que ningún otro compañero les había hecho antes. El torero cordobés se había convertido en un ídolo de multitudes.
La relación entre Manolete y Aruza fue mu distante en un principio, pues no se dirigían la palabra. Al final de aquella temporada, alternaron en algunas corridas y los dos tuvieron triunfos inenarrables. Al año siguiente, a partir de una comida organizada por la empresa de Valencia, trabaron una gran amistad que sólo los separó con la muerte de Manolete, dos años más tarde.
Pero en aquella temporada española de 1945, alternaron en muchísimas corridas para tomar parte en todas las ferias, y decidieron alquilar un avión para desplazarse a los lugares que quedaban más lejanos de donde habían actuado.
Para hacer el primer vuelo llegaron al aeropuerto junto con sus respectivos apoderados (José Fores "Camará" y Andrés Gago, respectivamente), así como sus mozos de espadas y las cuadrillas de ambos. Los dos iban platicando durante el vuelo y, de repente, Arruza le dijo a Manolete: "Voy a pilotear el avión". Manolete le preguntó sorprendido: "¿Y tú sabes hacer eso?". Arruza le contestó: "Claro..., en México muchos sabemos volar, no te preocupes".
Entonces, Arruza entró a la cabina del piloto y cerró la puerta. El capitán le dijo que se sentara y se pusiera el cinturón de seguridad porque iban a atravesar una zona de fuerte turbulencia. De repente, el avión comenzó a moverse mucho. ¡Cómo se movían aquellos aviones de hélices! La verdad se pasaban muy malos ratos. La turbulencia duró unos diez minutos.
Cuando había transcurrido la turbulencia, Carlos regresó a su asiento junto a Manolete, que muy serio, y también muy molesto, le dijo: "Eres un bárbaro. Qué mal rato me has hecho pasar, vaya miedo que he pasado. En cuanto tú tomaste los controles del avión se notó la diferencia".
El Ciclón se moría de risa con la broma, y lo mejor de todo fue que nunca confesó lo que había sucedido. Se divertía mucho cuando todos los que iban en ese vuelo contaban aquella anécdota diciendo: "Arruza tomó los mandos del avión... ¡y de milagro estamos aquí!". A él le parecía muy gracioso haber hecho pasar miedo a uno de los toreros más valientes de la historia, el propio Manolete. Su gran rival...y su entrañable amigo.
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