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El toro "Ilusión" se la devuelve a Garibay (video)

Domingo, 03 Ene 2016    México, D.F.    Juan Antonio de Labra | Foto: Sergio Hidalgo           
Realizó una faena estructurada y con sentimiento
Parece que fue premonitorio, pues el cuarto toro de la tarde, de nombre "Ilusión", le devolvió a Ignacio Garibay el regusto por torear, y el público, que contó mucho en este triunfo de dos orejas, participó de ese gozo de ver a un torero maduro, centrado, fuerte y sentimental que supo conectar con la gente.

El toreo tiene estas sorpresas. Y no desaprovechó Ignacio la oportunidad de retomar su relación con La México, lo que hoy le abre el horizonte de cara a una nueva contratación (¿por qué no el viernes 5 de febrero?) Todo puede suceder.

Y con esta mentalidad afrontó la tarde Garibay, que se enfibró delante del primero y le dio la lidia adecuada, y que luego tuvo la suerte de llevarse a "Ilusión" al que le hizo una faena muy bien estructurada, inteligente, y con pasajes de un toreo muy expresivo.

La clave fueron los tiempos y las pausas que dio al toro, que fue a más a partir del tercio de banderillas y sacó un buen fondo de calidad a lo largo de una faena intensa de Garibay, que se reencontró con el toreo de otros años, pero aderezado con la pátina de los años y la madurez del que siempre supo donde estaba su sino.

Así que la obra no tuvo desperdició y con la misma fe con al que Nacho afrontó el compromiso así entró a matar: en corto y por derecho para cobrar una estocada entera que hizo doblar al de Arroyo Zarco sin puntilla. La mirada vidriosa, sinónimo de la emoción, fue el acompañamiento de una vuelta al ruedo muy cariñosa por parte de la gente, entra la que se encontraban su esposa y sus dos pequeños hijos a los que dio esta enseñanza de entrega.

Y como detalles de su bello toreo de capote, Garibay ahí dejó también unos suaves lances al primero, así como la forma tan rítmica para llevarlo al caballo mediante chicuelinas al paso y el quite por chicuelinas antiguas, destellos de ese toreo con sello que tanto gustó al público. A este ejemplar lo despachó de una estocada caída de efectos fulminantes y lo llamaron a dar una vuelta al ruedo.

En contraparte a la buena suerte de Ignacio, Mario Aguilar sorteó el peor lo te de una corrida carente de trapío, y que tuvo poco ritmó y escasa casta en sus embestidas, motivo por el que el hidrocálido trató de hacer un digno esfuerzo por estar a la altura de las circunstancias.

Se agradecen los recursos ante el tercero, que no tenía una embestida completa, y esos muletazos por la espalda que se los sacó de la manga. Lástima que no estuvo bien con la espada y mató de una estocada sumamente defectuosa que emborronó una digna actuación.

No fue lo mismo con el sexto, que topaba y se quería quitar la muleta de la cara, además de que doblaba contrario. Mario fue desarmado en dos ocasiones y dejó entrever el poco sitio que tiene, producto de la inactividad que ha dejado postrado a un torero que atesora cualidades importantes.

El Capea se fue a la puerta de toriles a recibir a porta gayola al primero de su lote, y estuvo muy por encima de unas embestidas incómodas. Después se afanó en robarle los pases al de Arroyo Zarco en una faena que la gente miró con respeto. 

El "achafikado" quinto se dio una vuelta de campana y llegó a la muleta embistiendo de manera muy descompuesta, hecho que no favoreció la actitud de El Capea, que se desmoronó anímicamente y no pudo revertir el ambiente hostil que se generó casi desde el comienzo de una faena en la que no pasó nada.

Con la corrida de hoy la empresa ya cumplió con las doce que obliga la venta del Derecho de Apartado, y a partir de los próximos domingos se verán carteles más rematados y con la presencia de figuras del toreo, hecho que sin duda debe incidir en atraer más público a los tendidos del coso monumental.

Ficha
México, D.F.- Plaza México.- Decimosegunda corrida de la Temporada Grande. Menos de un cuarto de entrada (unas 8 mil personas) en tarde de temperatura agradable, con ligeras ráfagas de viento. Seis toros de Arroyo Zarco, muy justos en presentación, y descastados en su conjunto, salvo el 4o., que tuvo calidad y fue premiado con arrastre lento. Pesos: 480, 508, 502, 511, 486 y 524 kilos. Ignacio Garibay (grana y oro): Vuelta tras petición y dos orejas. Pedro Gutiérrez "El Capea" (azul marino y oro): Palmas tras aviso y silencio. Mario Aguilar (granate y azabache): Silencio en su lote. Incidencias: Destacó en la brega Felipe Kingston, y con las banderillas Edmundo Navarro y Alejandro Prado.


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