La afición quiteña se manifiesta en La Belmonte
Martes, 15 Dic 2015
Quito, Ecuador
Santiago Aguilar | Foto: Archivo
Salen en defensa de la libertad
La violencia de los activistas antitaurinos en la ciudad de Quito registró una preocupante escalada en especial durante los días en que se celebraron corridas de toros en la Plaza Belmonte de Quito. La intolerancia e irrespeto de este grupo se patentizó con las agresiones promovidas por una docena de militantes que atacaron a los aficionados que ingresaban al escenario taurino; gestos e insultos que llegaron inclusive a la intimidación y a las amenazas, en esas circunstancias la Policía Nacional intervino con el propósito de ofrecer seguridad a los miles de espectadores que llegaron cada noche a los tendidos del central coso; así las cosas, las provocaciones y agresiones derivaron en la detención de un grupo de individuos que buscaba crear el caos y el miedo.
Este vergonzoso episodio se sumó a los atentados que se registraron en la fachada de la misma plaza Belmonte en la que se pintaron leyendas en contra de los quiteños y sus autoridades, en forma paralela la Plaza de Iñaquito también fue violentada por una célula antitaurina.
Los ataques promovidos por una camarilla de personas que con sus actos desmienten su discurso y deslegitiman su tarea, deben ser analizados en la actual coyuntura pues, el vandalismo antitaurino coincide con el tratamiento en el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito de la denominada Iniciativa Normativa Popular promovida por la Organización de Izquierda Radical Diabluma que plantea la prohibición de los espectáculos y otras actividades que tengan relación con animales, el caso de las corridas de toros, las peleas de gallos, los paseos del Chagra, el rodeo montubio y otras funciones ecuestres.
Pese a la realización y resultados de la consulta popular de 2011 y a los argumentos jurídicos, históricos, antropológicos, sociales y económicos que se han expuesto en el cabildo capitalino, la Iniciativa Diabluma avanza a segundo debate con el apoyo del bloque de concejales de Alianza País convertidos en actores, una vez más, de una tesis prohibicionista.
La iniciativa genera inquietud, preocupación y rechazo de importantes colectivos representantes de cien organizaciones sociales, culturales y económicas que encuentran en los espectáculos tradicionales su forma de libre expresión, identificación y subsistencia; rechazo al que se apunta la ciudadanía visto el atropello que supone contra los conceptos básicos de libertad, trabajo, diversidad y respeto establecidos en la constitución y las leyes.
Lo cierto es que más allá de la transgresión a los valores fundamentales de libre albedrío, convivencia y tolerancia que deben cohesionar a la sociedad; impresiona el enorme lucro cesante que esta campaña ya ha infringido a la ciudad y su gente. Los espectáculos taurinos estrechamente vinculados con el sector turístico generaban un movimiento económico superior a los 30 millones de dólares conectados a alrededor de 60 mil empleos directos indirectos.
En suma, durante la semana de fiestas fundacionales la Iniciativa Diabluma se promocionó con los gritos, bloqueos y agresiones de un escuadrón de activistas que trató en vano de impedir que más de diez mil personas de todas las edades ejerzan su derecho a la libertad durante las cinco corridas de toros llevadas a cabo entre el 2 y el 6 de diciembre en la Plaza de Toros Belmonte; finalmente los quiteños no perdemos nuestra capacidad de discernimiento y de elección; no perdemos nuestra autonomía y nuestra potestad.
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