Joselito Adame fue recibido por el público con mucho cariño, y al final se convirtió en el máximo triunfador de la última corrida de la Feria de San Luis Potosí, en la que cortó sendas orejas, mientras que El Payo obtuvo un apéndice tanto Arturo Saldívar como el rejoneador Jorge Hernández Gárate se esforzaron y fueron ovacionados.

Desde que se abrió de capa, Joselito Adme venía dispuesto a salir a hombros, ya que la noche anterior, el pasado 25 de agosto, en esta misma plaza, el triunfo se la había negado inclusive con un toro de regalo. Así que hoy no quiso desaprovechar la oportunidad de demostrar todo lo que ha conseguido este año en Europa, y se afanó en agradar en todo momento.

Al primer toro de su lote, que tuvo poca fuerza y no tuvo buen estilo, le hizo una faena meritoria en la que toreó con temple y trató de obligarlo a embestir hacia adelante. Toreó con cierta intermitencia debido a la falta de continuidad del ejemplar de San Isidro, que se quedaba corto, y lo más sobresaliente fueron los pasajes por el pitón derecho. En un exceso de confianza, el ejemplar se lo echó a los lomos, y le rompió la taleguilla, lo que alborotó aún más al público, que siguió la faena con mucha atención. Mató de una estocada entera, un tanto trasera, y cortó la primera oreja.

Al quinto lo recibió con cinco largas cambiadas de rodillas en distintos terrenos, lo que calentó el ambiente desde el principio. Realizó un quite por zapopinas ante un toro que duró poco y embistió sin transmisión. Aunque la faena fue breve, tuvo intensidad porque Joselito le pisó el terreno para sacarle pases de valía que fueron coreados con fuerza por la gente. Aguantó los frenazos del toro al que mató de una estocada en todo lo alto, de efectos fulminantes, y se le pidieron las dos orejas con fuerza pero el juez únicamente le entregó una y fue abroncado.

El Payo no se quiso quedar atrás de su compañero y también sacó la casta en toda la noche y toreó muy bien con el capote. Delante del primer toro de su lote, que tuvo movilidad y calidad, pero poca fuerza, lo toreó muy templado y con buen gusto en una faena estructurada, en la que se gustó toreando al natural. Remató su labor de pinchazo y estocada. La gente lo sacó a saludar una ovación en el tercio.

En el sexto de la noche, de San José, que salió con brío y muchas patas, El Payo lo recibió con unas verónicas antes de que Salomón Azpeitia ejecutara un gran puyazo con la mitad de la vara, luego de que el toro, en el violento encuentro con el montado, rompió la misma. La gente lo ovacionó de pie. Luego, el queretano hizo un quite por chicuelinas y más tarde realizó una faena breve, pero muy medida, con un toro que vino a menos y acabó soseando. Mató de tres cuartos de estocada que hicieron doblar rápido al ejemplar y se le entregó una merecida oreja.

Arturo Saldívar también venía a por todas a una feria donde ha conseguido triunfos importantes en ediciones anteriores. Sin embargo, hoy sorteó el lote con menos posibilidades de lucimiento, aunque su primero tuvo cierta calidad, pero sin fondo en la muleta, y le dio algunas series con temple luego de que había comenzado el trasteo de forma emocionante, lo que pudo seguir después por la falta de duración del toro.

En el último de la noche, también de San José, buscó hacer crecer una faena importante hasta que el toro se sintió podido y se agarró al piso. La gente se quedó con ganas de verlo redondear el trasteo, que tuvo magníficos momentos. Mató de un pinchazo hondo y un golpe de descabello y se retiró cobijado por una ovación.
Abrió plaza el rejoneador Jorge Hernández Gárate, con un toro de Espíritu Santo, con el que se esforzó por obligarlo a embestir, ya que se quedó parado desde el segundo tercio. Clavo algunas banderillas al violín, con valentía y adornándose. Al primera intento de entrar a matar el rejón de muerte se partió y tuvo que darle muerte al segundo viaje.

Los Forcados Potosinos consiguieron una buena pega hasta el tercer intento, debido a que el toro se había puesto complicado poder consumar la suerte. En el segundo intento, a cargo de Carlos Medellín, que sufrió una fuerte paliza de órdago en el segundo intento. Al final, los forcados de la tierra dieron una vuelta al ruedo con el caballista.