Arturo Macías y José Mauricio triunfaron en la última corrida de la Feria de Teziutlán, en la que Sergio Flores estuvo esforzado con los toros de Carranco, mientras que el rejoneador Alejandro Zendejas escuchó palmas y el forcado Mauro Alarcón cuajó una gran pega.

La disposición de Arturo Macías para triunfar no es algo que pretendamos descubrir ahora, pero sí lo recalcamos, pues habiendo o no condiciones  siempre sale a poner al público de su lado como sucedió hoy ante el segundo de su lote, un toro bajito y soso sin malas ideas ante el que no emocionó al torear de capa.
 
Todo tuvo que hacerlo él en el tercio mortal ya que estaba transcurriendo sin ningún relieve; así a los compases de la "Pelea de gallos", tres molinetes de rodillas fueron suficientes para despertar el entusiasmo de la gente y con dos series de muletazos más la estocada en buen sitio, hizo asomar los pañuelos en demanda de la oreja y ¡oh sorpresa!, el juez de golpe y porrazo concedió las dos provocando protestas.
 
Ante su primero un bonito berrendo en cárdeno, toreó bien a la verónica en los medios y tras el breve puyazo ejecutó saltilleras con aguante cambiando el viaje. El pase cambiado por la espalda en los medios fue el preámbulo de su trasteo en el que el animal iba rebrincando, se le quedó por un momento echándolo a los lomos, volvió a la carga con manoletinas y el espadazo aunque atravesado hizo doblar, le entregaron una oreja.
 
Salió con más bríos el segundo de José Mauricio, no obstante el castigo también fue medido como a sus hermanos; realizó el capitalino un ajustado quite por gaoneras para dar paso al segundo tercio que fue cambiado con dos pares. El brindis a la parroquia fue seguido de elegantes doblones en el inicio de una faena machacona y valiente. Cuando el burel quería irse a tablas lo toreó por la cara, realizó la suerte de matar con gran pureza para conquistar una oreja.
 
El primero de su lote era alto y desde un principio empezó a distraerse, apenas le partieron el pelo en varas; con la muleta lo fue metiendo en series de cámara lenta; el toro no tenía malas ideas pero tampoco transmisión  lo que deslució el trasteo; tres pinchazos señaló antes de la estocada retirándose en silencio.
 
Se pensaba que Sergio Flores podría obtener un premio en el que cerró plaza; no obstante que el de Carranco empezó a rascar, lo llevó a la distancia necesaria para darle continuidad a su faena en la que sobresalieron dos series de naturales; a estas alturas el burel empezó a salir distraído, sin que el torero desmayara en su deseo de agradar, desafortunadamente lo pinchó escuchando ovación.
 
Soso fue el corrido en tercer lugar y recibido por su matador en los medios con chicuelinas; como a la mayoría apenas le dieron un leve puyazo y no representaba posibilidades de triunfo. Sergio tiró muy bien de él en muletazos suaves con la de cobrar, luego se puso cerca buscando ponerle emoción con ceñidas manoletinas. Terminó de media estocada tendida y un descabello escuchando palmas.
 
El rejoneador Alejandro Zendejas abrió el festejo ante un buen toro de Cuatro Caminos, en los primeros pasajes de su labor lo llevó templado y lo adornó entre altibajos sin embargo lució mejor al clavar banderillas cortas al violín. Falló con el rejón de muerte por lo que echó pie a tierra para descabellar al tercer golpe cuando había sonado un aviso, también escuchó palmas.
 
Se despidió el forcado Mauro Alarcón realizando al primer intento una pega a barbela extraordinaria con gran aguante y espectacularidad, fue uno de los momentos más emotivos del festejo que le valió llevarse ovación de lujo, vuelta a hombros de sus compañeros y la diana.