Muere la ganadera Celia Barbabosa en Toluca
Viernes, 03 Jul 2009
México, D.F.
Juan Antonio de Labra
Doña Celia, con su nieto
La ganadera Celia Barbabosa dejó de existir esta mañana a las 6:00 horas, a la edad de 84 años, en su casa de Toluca, como consecuencia de la enfermedad de columna vertebral que padecía desde hace varios años.
Su cuerpo está siendo velado en el Mausoleo de Toluca (Av. Hidalgo No. 1410), y este sábado habrá una misa de cuerpo presente en al Catedral Metropolitana de dicha ciudad. Posteriormente, a las 13:30 horas sus restos serán incinerados en el crematoria y volverán a la cripta familiar de la Catedral.
Celia Cruz Barbabosa (que era su nombre de pila) nació el 11 de noviembre de 1924 en el seno de una familia muy taurina, pues sus antepasados fundaron la famosa ganadería de San Diego de los Padres, una de las cuatro casas ganaderas madres de México al lado de Piedras Negras, San Mateo y La Punta. Y los Barbabosa también fueron propietarios de la divisa de Santín, otro de los hierros más representativos del país.
Desde pequeña sintió una gran pasión por el toro de lidia y siguió los pasos de su padre, Agustín Cruz Barbabosa, con mucha dedicación, y tratando de evocar la figura recia de su abuelo, José Julio Barbabosa Saldaña.
Sin embargo, al paso de los años se vio obligada a vender la fracción de ganado que había heredado, y sólo después de algún tiempo, a la muerte de su esposo, el empresario Miguel Larregui, retomó su verdadera vocación como ganadera, en el año de 1968.
En 1974 compró la totalidad del ganado bravo que conservaban sus hermanos y lo trasladó a un rancho de 600 hectáres localizado en el municpio de Jerécuaro, en Guanajuato, donde pasta la vacada desde entonces. Y poco a poco comenzó a comprar vacas de vientre y sementales de encaste Llaguno para mejorar su hato con talento y mucho trabajo.
Uno de sus logros mayores fue haber sido la primera mujer que dio una vuelta al ruedo en la Plaza México, la tarde del 13 de diciembre de 1981, cuando Antonio Urrutia le cortó las dos orejas al novillo "Amuleto" de esta ganadería, ejemplar que, por su bravura y calidad, mereció el premio de la vuelta al ruedo.
Alguna vez me contó doña Celia que ella no quería dar la vuelta, pues le parecía algo un tanto descabellado para una mujer. Sin embargo, la insistencia fue tal que accedió tras la presión que ejerció el público y el propio Antonio, que fue, durante largos años, el tentador oficial de su casa ganadera.
Pero esa no fue la única vuelta al ruedo que cosechó la afable señora en La México, ya que la historia se repitió un par de años después, tras la excelente lidia que dio un novillo estoqueado por Juan Carlos Contreras.
En la actualidad, y desde hace varios años, la ganadería de Celia Barbabosa se encuentra bajo el mando de su nieto César Méndez Larregui, que forma parte de la sétpima generación de una prestigiosa dinastía de ganaderos mexiquenses, y al que se conoce en el medio taurino con el nombre de César Barbabosa, en recuerdo perenne de sus antepasados.
Desde aquí enviamos nuestro más sentido pésame a la hija de doña Celia -María del Carmen Larregui Barbabosa-, así como a sus tres nietos -César, Laura Elena y Sergio Miguel- por la pérdida de una mujer luchadora, aficionada cabal al campo y al toro bravo.
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