El novillero hidrocálido Jorge Didier se encuentra internado en el Hospital Mocel de esta capital, recuperándose satisfactoriamente de la cornada sufrida ayer en la Plaza México cuando le realizaba un quite por gaoneras al novillo de su compañero Adrián Padilla, percance que le impidió lidiar al ejemplar que le correspondía.

De acuerdo a lo que el mismo novillero explica, la cornada fue limpia pero muy grande, ya que fueron tres trayectorias: una de diez centímetros, otra de cinco y una más de veinte. El pitón del toro descubrió el paquete vascular y una de las trayectorias fue hacia arriba, misma que casi toca la cadera, y otra casi rozando la femoral, pero sin alcanzar a rasgarla.

"La cornada fue grande, pero afortunadamente no pasó a mayores. Yo quería salir a matar a mi novillo, e incluso se fueron recorriendo los turnos para ver si estaba listo, pero el doctor Bayod me dijo que no tenía caso arriesgarse, ya que se podía rasgar la femoral y entonces las cosas podrían ponerse delicadas", comentó un animado Jorge Didier.

El torero de Aguascalientes pasó una buena noche, prácticamente sin dolor, y si todo continúa evolucionando de esta forma, podría ser dado de alta mañana martes. Ya está caminando por los pasillos del hospital y todo va de buena manera.

"La noche fue buena y mañana, si no sucede algo extraordinario, me darán el alta y abandonaré el hospital. Estoy contento, pues la empresa me comentó que seré anunciado nuevamente en la Temporada Chica, así que a seguir preparándome fuerte en cuanto pueda estar listo", dijo.

Jorge Didier recuerda el momento de la cornada que aconteció cuando, tras una gaonera, intentó ejecutar una más, pero de rodillas.

"Decidí hacerle el quite al novillo de Adrián para demostrar que venía con toda la actitud, y así me la jugué. El que no arriesga no gana, y arriesgué, pues me ha costado mucho llegar a esta plaza y quería comerme a todos. Desafortunadamente llegó la cornada, pero bueno, así es esto", sentenció el hidrocálido.