"Primero que nada, quiero hacer hincapié del apoyo que nos brinda el ganadero, en tiempos por los que estamos pasando tan complicados, prácticamente esta parada la actividad taurina. Y como se los dije en un brindis, su labor es un oasis para la fiesta de toros en medio del desierto. Fue un día para disfrutar el toreo y la amistad de estos grandes anfitriones".

"Fue una tarde que vino de frente, pues no hizo viento y el sol no apretó tanto. Las cuatro becerras dieron un juego muy interesante. Sobresalió la calidad de las de encaste San Mateo, la primera con mucha calidad, fija, acometió al caballo y peleó. La cuarta tuvo mucha transmisión y me pidió el carné. Ambas con un buen fondo de bravura, ya que fueron de menos a más y terminaron cumbre. Así que disfrute enormemente. Las otras dos vacas, segunda y tercera, hicieron lo que es el encaste Domecq, y fueron muy exigentes.

"Y para cerrar la jornada, los dos toros que pude torear me obligaron a sacar recursos y a pensar con la cabeza fría, ya que no me permitían ningún error. Para mí fue un gran entrenamiento y me siento preparado para lo que venga", afirmó.