En tiempos en que la pandemia global ha reducido a mínimos el ritmo vital de la humanidad; son contados los espectáculos taurinos que logran organizarse, exiguo número que se reduce a la hora de contabilizar los festejos que, efectivamente llegan a realizarse.  Las medidas sanitarias de los gobiernos nacionales y locales, sumada a la preocupación de los ciudadanos y, sobre todo, la severa crisis económica consecuente de la enfermedad, han determinado la suspensión de casi la totalidad de las ferias que dan forma al calendario taurómaco global.

Pese a este dantesco escenario, la plaza de toros de Latacunga, ciudad andina ubicada a 90 kilómetros al sur de Quito, abrirá sus puertas para desarrollar su anual feria de San Isidro Labrador que, en esta ocasión, se compone de dos corridas de toros y un festival, a los que se han apuntado toreros de Ecuador, Perú y España.

La empresa Triana, encabezada por el matador retirado y ganadero José Luis Cobo, informó que en las tras tardes de toros se observarán severos controles de seguridad sanitaria y de prevención, además, el escenario contará con público en un aforo autorizado del 50 por ciento de su capacidad.

El ciclo de corridas de Latacunga es entonces un esfuerzo ejemplar, más si nos detenemos a analizar las siguientes combinaciones de toros y toreros que enlistan a diestros de prestigio. Las combinaciones son las siguientes:

Viernes 4 de diciembre. Cuatro toros de Huagrahuasi y Triana para Antonio Ferrera, que actuará como único espada.

Sábado 5 de diciembre. Seis toros de Huagrahuasi para Uceda Leal, Daniel Luque y Joaquín Galdós.

Domingo 6 de diciembre. Décimo sexta edición del Festival Virgen Esperanza de Triana. Siete novillos de Huagrahuasi y Triana para Uceda Leal, Antonio Ferrera, Daniel Luque, Joaquín Galdós y los ecuatorianos Álvaro Samper, José Andrés Marcillo y el rejoneador Álvaro Mejía.

Así las cosas, la iniciativa de la empresa merece respeto y atención pues, montar una feria con una seguidilla de espectáculos con toreros de importancia mundial, parecería un contrasentido en lapsos en que toda la agenda taurina americana ha sido cancelada. El caso es que en estas latitudes no se pierden la fe ni la ilusión.