De no ser por sus fallos con la espada, seguramente Leo Valadez hubiera abierto la puerta grande en la corrida más tradicional de la plaza "Santa María". La faena más completa de la tarde fue la suya con el que cerró festejo, al que toreó de manera sobresaliente a la verónica, gustándose mucho en cada uno de los lances. Le realizó un quite por zapopinas, muy coreado, y le cuajó un buen tercio de banderillas, resultando espectacular el tercer par al violín.

Lo aprovechó a cabalidad por ambos lados, sobresaliendo los muletazos por el buen pitón izquierdo del toro. De no ser por un pinchazo previo seguramente la gente hubiera exigido un premio mayor, sin embargo, cosechó un apéndice y sobre todo dejó la impronta de su buen momento ante la afición queretana. Ya había hecho una declaración de intenciones en el tercero, al que realizó un quite por chicuelinas tras el segundo puyazo.

Su primero tuvo menos prestaciones –aunque recibió arrastre lento–, de salida cortaba la embestida y por tanto hubo poco con el capote. En el último tercio aprovechó ambos lados con el toro viniendo a menos, y cerró a cara o cruz con manoletinas de rodillas. Varios pinchazos, una estocada trasera y descabellos le privaron del corte de algún apéndice, aunque fue aplaudido tras escuchar un aviso.

Reaparecía en el coso de su tierra adoptiva Luis Manuel Pérez "El Canelo", y toda la tarde estuvo empeñoso y buscando el triunfo, aunque le faltó estar más afinado con la espada. A su primero, que tuvo buen estilo por el pitón derecho, le toreó en series cortas. Escuchó un aviso tras varios pinchazos, una estocada entera y desprendida y un descabello.

Salió a por todas en el séptimo, al que recibió con una larga cambiada de rodillas y al que quiso banderillear, buscando agradar al respetable que le pidió con insistencia que tomara los palos. Tras un inicio en los medios con un pase cambiado por la espalda, el toro, que tomó bien los primeros muletazos, se fue quedando corto, y Luis Manuel volvió a dejar buenos momentos con la mano derecha. Tras un pinchazo, estocada y descabello recibió una oreja, que entregó a la cuadrilla para dar vuelta al ruedo.

Hizo su debut en la plaza queretana el madrileño Fernando Robleño, que dejó detalles de la calidad que posee y que le han granjeado un lugar entre los aficionados de Las Ventas. No por nada ha logrado abrir la Puerta Grande del gran coso tras lidiar victorinos. A destacar los lances de recibo a su primero, un toro que fue a menos tras clavar los pitones en la arena, por lo que llegó justo de fuerzas a la muleta. 

Tanto a éste como a su segundo les pegó buenas series de derechazos, tersos y con la muleta a media altura, y que, junto con su manejo de la espada, le hicieron escuchar palmas y dar una vuelta al ruedo respectivamente. Probablemente si le toma más el ritmo a la embestida del toro de aquí, pueda mostrar con más rotundidad su sólida tauromaquia.

El primero en tocar pelo fue Andy Cartagena, que le cortó la oreja al quinto del festejo, un toro que salió con muchas patas y al que atemperó con dos rejones de castigo. Espectacular en banderillas lució con "Picasso" y "Luminoso", sobre todo al clavar al violín. Tras una lidia exigente y una pega al segundo intento de los Forcados de Querétaro, el toro quedó apagado y le costó trabajo empujar en el rejón de muerte, por lo que hubo un pinchazo, lo que no impidió la petición y posterior concesión del trofeo tras acertar al segundo viaje.

En su primero, un toro de buen estilo al que le faltó fondo, estuvo lucido y dio vuelta al ruedo. Le acompañó en la vuelta al ruedo Juan Pablo Ángeles, cabo de los Forcados, que lograron la pega al primer intento.