"…Con el calor del sol por todo el cuerpo…" ¡Y sí!; la soleada tarde, presagio de la gran festividad, tenía expectante a un público que casi había agotado el papel de la taquilla. Y no podemos decir que el gozo se haya ido al pozo, pero tampoco pudimos "salir toreando"… si el hubiera –ese que, aseguran, no existe─ se hubiese negado a aparecer en la suerte suprema; si el juego del encierro de Begoña… si el señor juez… o simplemente si…

"…así te envuelve México…"; como el ambiente de una tarde de toros. Juriquilla, tras más de cinco lustros, vestía de verde/grana/blanco y oro para recordar el brío insurgente, ese que extrañamos en algunos ejemplares de la dehesa guanajuatense asentada en Doctor Mora; amén del ímpetu de cólera que exige asir un estoque para culminar una faena. 

"…con la emoción de un beso frente a frente…"; ese momento que apareció a cuentagotas, en la actuación de Sebastián Torre, para que el respetable aplaudiera los chispazos de una circunspecta labor sobre una cuadra torera y educada.

"Así se siente México…·; como el cariñoso reconocimiento al maestro Jorge Gutiérrez, tras el sentido brindis de Joselito Adame, antes de enfrentar las inciertas embestidas de "México lindo" (¡ah!, y el reconocimiento a César Morales por oportuno y certero puyazo); burel que le propinó un achuchón, no pasó del susto, y al que mandó mientras cooperaba; se aprestó con el acero, sin éxito. 

La misma suerte lo acompañó con "Nación libre", el más pesado del encierro, con el que lució al ejecutar la ya frecuente suerte creada por Miguel Ángel Martínez "El Zapopan" y en esporádicos pases. Destacada labor de Víctor Mora con las banderillas, que fue reconocida con una sonora ovación.

Difícil "…como hablar tarasco o zapoteco…" fue el genio de "País noble", que correspondió en suerte a Sergio Flores; el tlaxcalteca porfió con tenacidad y logró una oreja en reconocimiento a su labor. Y como no hay quinto malo, "Viva México" recibió un dignísimo trato que le permitió mostrar ese fondo de nobleza que aún existe en los de Begoña; lo pinchó y se disiparon las posibilidades de abrir la puerta grande. El juez dio la vuelta al ruedo a los restos del astado.

"…así se lleva a México en la piel…"; como el apellido de una longeva dinastía ─Espinosa─ que Fermín "Armillita IV" pretende mantener. "México querido", de plano, no quiso  ver percal ni franelas; y para colmo, la colocación del estoque le volteó a un pequeño sector del público. "México te quiero" no resultó mejor (¡vaya suerte del aguascalentense!); se refugió en tablas para complicarle más sus denodados esfuerzos… sin éxito.

Tarde de toreros voluntariosos, "…así como unos labios por la piel…" Gracias al compositor José Manuel Fernández Espinosa, por su "México en la piel".