Se vio muy puesto José Mauricio, toreando bellamente de capa, tanto en el recibimiento a su segundo como al retirarlo del caballo donde empujó con fuerza. El quite fue combinado, variado y vistoso, mediante una chicuelina, una tafallera, una caleserina y el manguerazo de Villalta. Y a partir de entonces la gente se le entregó.

Después entendió muy bien a ese ejemplar y desde un principio le jalearon su toreo relajado por ambos perfiles, llevando al toro metido en la muleta, en una actuación muy torera que hizo caer los sombreros a la arena. Estuvo bien de verdad y haciendo lucir al toro en una faena de larga duración y tersos trazos.

Y al final del trasteo realizó adornos oportunos, de buen gusto, sin rebuscamientos, no obstante que el toro ya comenzaba a querer marcharse a las tablas. A partir de entonces, la gente pidió el indulto que el juez Manuel Ruiz concedió, mientras al torero le entregaron las orejas y el rabo simbólico.

Toda la tarde estuvo centrado José Mauricio, y toreó con ritmo y señorío lanceó al que abrió la función, tenía poca cara y en el primer viaje al caballo se dolió un tanto siendo en el segundo cuando se quedó en el peto; las fregolinas al quitar le fueron aplaudidas dándole Calita la réplica con navarras. 

Brinda al respetable iniciando en tablas con un pase cambiado templando bien al astado que mejoró en el tercio final; trazó naturales tersos y ayudados de derecha erguidos bien rematados.

El toro vino a menos teniendo que encelarlo para arrancarle más muletazos con la diestra; añadió manoletinas estáticas y estéticas culminando su obra de estoconazo arriba marcando bien los tiempos de la suerte; dobló el toro ondearon los pañuelos y se conceden las dos orejas, después de las palmas al toro durante el arrastre.

El tercero fue un castañó serio que resultó bravo, y Diego Silveti lo lanceó para probarlo, tras lo que se fue con fuerza hacia el caballo y sobrevino el desorden en la lidia sobre todo por parte de los banderilleros que sudaron para clavar como pudieron.

Las series de Diego fueron cortas por ambos pitones, ya al final hubo mayor continuidad de los pases; ejecutó manoletinas antes de entrar a matar que lo hizo en la suerte de recibir logrando estocada delantera que bastó y se le entrega un apéndice que algunos no aceptaron.

Desentonó también en presencia el sexto que recibió un breve puyazo, las gaoneras con las que quitó Diego tuvieron poca quietud de piernas, y más tarde su cuadrilla tuvo muchos desaciertos al tratar de banderillear. Hubo disposición del torero para agradar, eso sí, y lo consiguió a medias ya que en varias ocasiones le atropelló el engaño. Remató su faena con bernadinas para luego pinchar antes de acertar y retirase en silencio.

Un buen toro fue el primero de Ernesto Javier aunque en un principio arrastraba las patas sin embargo luego de un puyacito y al correr de la lidia fue mejorando. antes el segundo tercio dio pena por los peones.el toro tuvo suavidad de embestida y con ese ritmo lo toreó Calita sobre todo por el lado natural aprovechando la docilidad del toro. A la hora de entrar a matar señaló un pinchazo y luego salió arrollado, antes de dar varios golpes de descabello, por lo que tuvo división luego que se premiara al toro con arrastre lento.

El corrido en lugar de honor fue complicado, el torero le echó el capote abajo para hacerse de él y consiguió poco, le pegaron al toro y aún así trajo a la cuadrilla de cabeza para clavar. Calita inicia doblándose para después con voluntad sin decifrar totalmente las condiciones del toro al que despachó de metisaca muy abajo terminando en silencio.