Concluyó la Feria de Tlaxcala con el triunfo de Uriel Moreno "El Zapata", que desorejó a un ejemplar de obsequio y salió a hombros, en tanto que Gerardo Rivera cosechó un apéndice y el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza escuchó palmas en su lote.
No quedó satisfecho Uriel con el premio en su segundo y anunció que regalaría uno que fue protestado al salir por su evidente apariencia de novillo, pero al ser regalado, la gente fue olvidando eso y se dedicó a festejar lo que hizo el torero sobre todo la variedad capotera, así como la brevedad al cubrir el segundo tercio en menos de 30 segundos.
Voluntarioso estuvo el diestro con la muleta sin alcanzar la suficiente ligazón, ya que el girón ranchosequeño terminó manseando. La estocada tendida y delantera hizo doblar y aparecieron los pañuelos obsequiados a la entrada para que el juez con exceso concediera las dos orejas entre algunas protestas.
El quinto resultó incierto y el toreo de capa fue apenas regular, le costó trabajo banderillearlo haciéndolo con tres pares al violín. Se dobló correctamente tratando de fijar al toro que dejó mucho que desear para que hubiese estructura, la estocada quedó abajo y le soltaron la peluda.
Se recreó el diestro por el lado izquierdo en lances a la verónica en su primero que fue cornicorto; el animal empujó en varas tras lo cual Uriel clavó banderillas destacando un par al violín. Luego de iniciar arrodillado en tablas consiguió muletazos derechistas buenos pese a que el burel se empezó a quedar; terminó su labor escuchando algunas palmas tras dos pinchazos y otros tantos descabellos.
Notorios avances advertimos en Gerardo Rivera, que decidido se fue a portagayola para recibir a su primero, también escaso de cuerna y anovillado que empezó bien, lo que aprovechó el torero para ofrecer variedad con el percal. Tomó los garapullos sin suerte pues el astado perdió las manos un par de veces en el embroque haciéndolo fallar.
En los medios de rodillas principió con tres muletazos valientes aguantando, más tarde corrió la mano derecha y su labor mantuvo la atención del público que se emocionó con las manoletinas finales y se !e entregó tal como él lo hizo en la estocada que le significó valiosa oreja.
Incierto también resultó el sexto con el que se lució toreando de capa, invitó a Uriel y entre ambos banderillearon con voluntad. A lo largo de su faena demostró otra vez que va mejorando y se le nota mayor seguridad en sus procedimientos. Por las mismas condiciones del astado le costó trabajo entrar a matar, se fue con ganas dejando media ración de acero que tardó en hacer efecto. Falló un golpe de descabello cuando sonaba el aviso y enseguida dobló el animal, hubo palmas para el torero.
Hermoso de Mendoza empezó clavando dos rejones de castigo al que abrió plaza, en general su desempeño posterior fue bueno con las banderillas cortas y largas haciéndose aplaudir con frecuencia, no obstante pinchó hasta en tres ocasiones escuchando únicamente palmas.
El tercero de la tarde nos pareció ser el de mejor comportamiento y Pablo lo adornó con su facilidad reconocida; se lució más en sus cabalgaduras realizando cabriolas para algún cité y piruetas saliendo de las suertes, entusiasmando al respetable, como volvió a fallar con el rejón de muerte se conformó otra vez con palmas.