Para Sebastián Castella la corrida de hoy en Texcoco fue el triunfo del entendimiento, ya que logró comprender  certeramente las condiciones de los toros de su lote para alzarse con el corte de tres orejas haciendo gala de todos sus recursos y demostrar su categoría indiscutible de figura del toreo.

La faena más redonda de las conseguidas fue ante el quinto, al que le fue paciente y le dejó siempre la muleta en la cara pues en los albores de la lidia tendía a salir suelto. En este tenor, tiró del ejemplar para meterlo en la canasta y lo hizo sin mayor brusquedad en sus procedimientos, de tal forma que el de Jaral de Peñas fue agradecido.

Destacaron los redondos cerca de tablas, terreno donde se desarrolló prácticamente toda la faena, y el francés se dio gusto también adornándose en muletazos de la firma y naturales de buen calibre. Quizá la única manchita para la concesión de las dos orejas es que la estocada fue defectuosa, pero finalmente el público presionó para que ambos trofeos llegaran a manos del europeo.

A su primero ya le había tumbado un apéndice, aunque con algunas protestas y por ende no quiso Sebastián dar la vuelta al ruedo. Este toro transmitía, pero había que atacarlo un poquitín y llevarlo sometido en el engaño, y así lo comprendió el maestro francés para cuajar momentos que le fueron coreados por los asistentes.

Actuación importante la de Octavio García "El Payo" ante el primero que le correspondió, pues el ejemplar tenía peligro sordo y bravura seca, acudiendo con cierta aspereza a las telas. Siempre firme y ganándole la intención al de Jaral de Peñas, el queretano ligó trazos de mucho mérito que quizá le hubieran redituado en una oreja de no haber fallado a espadas.

Con armonía lanceó a la verónica a su segundo, en un rítmico juego de brazos que presagiaba buenos momentos que no llegaron. Y es que el toro tuvo poco fuelle y sus embestidas no eran del todo claras, así que El Payo estuvo insistente en una faena larga que tuvo sus destellos y en la que acortó distancias.

Esta tarde en Texcoco manifestó Octavio que continúa solidificando su camino en esta siempre difícil profesión y las sensaciones finales del esfuerzo fueron positivas.

El rejoneador potosino Jorge Hernández Gárate enfrentó al abre plaza, un toro que dio buen juego aunque sin terminar de entregarse en las cabalgaduras. Jorge destacó al llevar toreado al ejemplar a la grupa y en la colocación de las banderillas, aunque finalmente estuvo pesado con el rejón de muerte y las palmas se cambiaron por pitos.

Su segundo doblaba contrario y rehuía de continuo a los cites, manseando ostensiblemente. Hernández Gárate echó mano de sus conocimientos para encelar al burel y tuvo la paciencia necesaria para lograr algunos buenos instantes, pero naturalmente el tema era muy cuesta arriba y luego de nuevo, ante estas complicaciones, le costó un mundo liquidarlo.

La salida a hombros de Sebastián Castella puso el punto final a una tarde con momentos de interés, un festejo en el que los serios toros de Jaral de Peñas no terminaron por ofrecer el juego esperado y en el que la empresa Pasión Ganadera sigue adelante en este entusiasta esfuerzo.