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Anecdotario de Giraldés: Juan... ¡Sin Miedo!

Viernes, 24 Mar 2017    Tijuana, B.C.    Valeriano Salceda "Giraldés" | Opinión   
... el empresario puso a una mujer en el cartel, sin consultarlo...
Juan Silveti, el incomparable "Juan Sin Miedo", el primer Silveti de la historia del toreo, fue un torero de leyenda. Actuó por última vez ante el público de México en El Toreo de la Condesa, el 1 de mayo de 1942. Esa tarde alternó con Paco Gorráez y Carlos Vera "Cañitas", con toros de Piedras Negras, y salió por delante la rejoneadora Conchita Cintrón.

Muchos años después de haberse efectuado aquella corrida, estando en la famosa ganadería Tlaxcalteca, escuché a don Isaac Morales comentar sobre el motivo por el que Silveti, tras escoger los toros de la corrida de su despedida, regresó a la ganadería para cambiarlos.

Al morir don Wiliulfo González, el inolvidable ganadero de Piedras negras, durante poco tiempo, don Isaac Morales asesoró a Romárico, en el manejo de la vacada, ya que "Maco" era muy joven al fallecer su padre.

Dos semanas antes de la fecha de su retirada, Silveti llegó a Piedras Negras a escoger y embarcar los toros. Seleccionó una corrida bien presentada, fina, cómoda… ¡para salir a gusto!

El empresario, además de anunciar a los tres matadores, puso en el cartel, sin haberlo comunicado antes a Silveti, el nombre de Conchita Cintrón, que además de torear a caballo, también lo hacía a pie.

Apareció en la prensa el anuncio de la corrida y Juan Silveti, realmente indignado, se presentó en las oficinas de la empresa. Usando el lenguaje habitual en él, le dijo de todo al empresario: "¿Cómo jijos de la %&/%&%&%& se atreve usted a anunciar a una mujer sin habérmelo dicho antes?"

Total, al final se pusieron de acuerdo en que no se iban a lidiar los toros ya aprobados por la autoridad, sino otros.

Contaba don Isaac: "Vi llegar a Silveti al rancho. Venía con los toros para cambiarlos, y le dije: No te entiendo, Juan. Escogiste una corrida a tu gusto, de tu completo agrado, y ahora resulta que no los quieres".

Los toros me gustaban… si no hubiera entrado una mujer en el cartel. Ahora quiero los más grandes que tengan en esta casa… que se note la diferencia entre los que va a torear ella y los que me van a salir a mi".

Así de bragado era el fundador de este importantísima dinastía taurina mexicana, que todavía hoy, después de un siglo, su apellido está colgado de los carteles de toros.


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