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Luis David Adame triunfa en Guadalajara

Sábado, 11 Feb 2017    Guadalajara, Jal.    Felipe Aceves | Foto: Memo Sierra           
El chaval hidrocálido desorejó a su primer oponente

La expectativa para la sabatina tarde era muy alta. Y si le agrega usted el emotivo preámbulo patriótico, el grato ambiente se fue por las nubes. El clima fue deliciosamente benévolo, cero viento, cero nubes. El encierro de Teófilo Gómez, materia prima de los triunfos recientes del de La Puebla generó en el público grandes esperanzas. Agréguele usted los nombres del peruano Roca Rey, más la presentación del menor de los Adame, nos sentamos a la mesa con cubiertos de plata.

Y al final hubo un triunfador claro: el público tapatío. Quien si bien, no tuvo una tarde redonda, ahora tiene otro consentido más: Luis David Adame, que ha tenido el triunfo más significativo de su corta carrera.

Al concluir el paseíllo, luego que una escolta militar llevó nuestro lábaro patrio a la plaza Nuevo Progreso, la cedió a cinco charros, pero que muy bien montados, quienes dieron la vuelta al ruedo cobijados por un respetuoso silencio al compás de una banda de guerra monumental de la quinta Región Militar. Enseguida, la plaza entera cantamos el Himno Nacional y el ¡Viva México! Entonados con un fervor emocionante en verdad. Todo listo para que Luís David Adame cayera de pie ante la compleja afición de Guadalajara.

El debutante en este ruedo salió a entregarse desde abrirse de capa con "Jaimillo", tercero en el orden, un cárdeno bragado, veleto y astifino, bien presentado como el resto de sus hermanos. Fue abanto de salida, al que Luis David recogió con tres lances a pies juntos al centro del ruedo, para ligarlos con tercia de chicuelinas que fueron muy jaleadas, para recoger una gran ovación al rematar los lances con una revolera. Guió por tapatías el toro al caballo, el que pronto acudió al peto. El quite voluntarioso fue por saltilleras que tuvieron ajuste y emoción.

La apertura del tercio de muerte fue con el "Imposible" cerrado en tablas. Se fue luego a los medios para realizar un par de series con la derecha de buen acabado. Se echó la muleta a la mano de cobrar para rematar con los de pecho. Adame sabe que su toro no está sobrado de fuerza, así que le da su pausa. Lo consiente, y lo aguanta en series templadas con dimensión, ritmo y trazo; claro, acordes a un torero de poco recorrido aún, pero que le salieron pintados –y bien ligados– el afarolado al de pecho.

El pico alto de su trasteo vino con un cambio de mano por la espalda que se engarzó a una serie con la izquierda. Colofón de bernardinas con la algarabía popular. Se juega los trofeos al cita a recibir y volcarse sobre el morrillo, para sepultar una entera que cayó baja, pero que fu premiado con el doble trofeo, que nadie protestó. Feliz dio el torero una vuelta al ruedo que, por donde la vea, les sabe a gloria a los toreros.

"Atrapasueños", el segundo de Luis David, el de mayor peso del encierro (545 kilos), pero con mucha, mucha clase, también debió haberse ido al destazadero sin –al menos– una oreja. Al pupilo de los hermanos Gómez Canobio, lo recibió con una larga afarolada de hinojos en tablas. Ya de pie realizó verónicas y chicuelinas, rematadas con revolera que le fueron agradecidas con salva de aplausos. Vino el quite de la casa –zapopinas, claro– las que en momentos hubo de aguantar e improvisar con inteligencia. La condiciones del burel vaticinaban la faena; pero también que –lástima– no podría ser larga. Así que el de Aguascalientes se bebió con fruición las tandas que portaba el astado.

Vinieron series por ambos lados y, sobretodo, un natural pasmosamente lento. "Oiga usted" –sorry señor Malgesto– que aquí lo traigo aún. Dueño ya del cotarro vino el cite por derecha ligado al cambio de mano y la bien toreada serie, con tanto ajuste, que se llevó un achuchón que sólo quedó en chamba para el sastre. Cierre con manoletinas y… pinchazo. Saludó una fortísima ovación en el tercio. Lástima, ya saboreábamos el triunfo grande.

Ay, José Antonio Morante. Cuánta disposición y buena voluntad derrochas. No te guardaste nada. Pero hoy, si bien hubo materia prima, la verdad es que no fue la suficiente como para cuajar el mural. Eso sí, qué pinceladas… se me grabó un natural en particular, que fue digno de quien tú decidas. También me llevo ese toreo de aliño con la zurda, que me remontó aquellas faenas de la edad de oro. Tres cuartos de acero y listo.

"Limoncito", el cuarto de la tarde, otro cárdeno astiblanco y abanto, al que sin prisas ni apremios o sofocones, le buscaste la cuadratura, tampoco pudo contigo. Le faltó la fuerza –que no la voluntad– para humillar en el largo trazo de tu muleta. 1 pinchazo al paso, dos más, y otro hondo que bastó. Algún despistado chilló.

Hoy los santos no quisieron darle el pecho a Roca Rey, pero el de Perú no se amilanó se entregó, fiel a sí mismo. Hubo de correr el turno; porque el primero de su lote tuvo a bien descornarse en chiqueros y echó el que sería quinto. Este burel tardó mucho en enterarse. Hasta el tercio final se puso al día. Por fortuna fue emotivo el teofileño. También repetidor. Mientras tuvo entereza "Buenavista", Andrés se recreó en su buen trazo y entrega. Toreo de mucha exposición, sin arrebatos impropios. Metido entre los pitacos; pero también de gran calidad. Las dosantinas, las bordó; sobretodo un par de 360 grados.

Un escalofriante cambiado por detrás de su cuerpo y un pinchazo con el toro arrancado, la entera también a un tiempo, pero hizo necesaria la espada corta que acertó el torero. Aviso con ovación.

Del sexto, ni hablar. "Tequilero" se vino abajo. Fue un toro que ilusionó este trasteo saboreamos también algunos pasaje muy buenos por naturales. Mas no hubo más voluntad por embestir y el peruano abrevió.

Ficha
Guadalajara, Jal..- Plaza "Nuevo Progreso". Segunda corrida del 50 Aniversario. Media entrada (unos 8 mil espectadores) en tarde espléndida. Cinco toros de Teófilo Gómez, bien presentados, parejos de tipo, que acudieron pronto a pelear con los piqueros. Y uno de San Isidro (5o., sobrero sustituto de uno que se inutilizó en toriles). Pesos: 520, 535, 560, 515, 505 y 545 kilos. Morante de la Puebla (azul celeste y pasamanería): Silencio y división. Andrés Roca Rey (teja y oro): Ovación y silencio. Luis David Adame (purísima y oro): Dos orejas y ovación. Incidencias: Se despidió el picador Bernardo Hernández "El Chiva", con emotiva vuelta al ruedo. Fueron ovacionados los banderilleros, Gustavo Campos en 4o., y Luis Castañeda el 2o. Roca Rey se retiró luego de matar al quinto, para viajar a Colombia.


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