Pablo Hermoso de Mendoza cortó tres orejas en la corrida de rejones que tuvo lugar en el desarrollo residencial Val Quirico, localizado en el estado de Tlaxcala, lo que le valió al caballista navarro para salir a hombros al término del festejo.

Bajo un sol que caía a plomo saltó a la arena el primero para rejones, faltó de remate y que se apagó por efecto del rejón de castigo, tanto que el caballista después de unas banderillas, realizó algunos quiebros de buena ejecución simulando clavar sin hacerlo, pues ya no provocaba emoción; colocó rejón de muerte casi entero para que con leve petición se le concediera una benévola oreja.

Lo mejor vendría en su segundo de buen tranco, al que clavó bien un rejón de castigo, estuvo muy certero con las banderillas largas. Después de unas cortas se adornó con piruetas, acertando con el rejón mortal casi a toro pasado; se le concedieron las dos orejas.

Buen son tuvo el primer ejemplar de Pedro Louceiro III que empleó hasta tres rejones de castigo penetrando uno de ellos, tuvo poco acierto al colocar banderillas que quedaron disparejas, sorprendió sin embargo entrando a matar con un estoque, recordando que hace muchos años ya alguien lo ha había hecho de esa forma; tras certero descabello escuchó palmas.

Con su segundo, un anovillado burel de Cerro Viejo, mejoró los procedimientos empezando por la colocación de dos rejones de castigo, siguiendo con las banderillas. También en este entró a matar con el estoque dejando una mayor ración de acero que hizo doblar; tras lo cual recorrió el anillo.

Es notorio el ascenso que ha tenido el huamantleco Luis Pimentel que por cierto había empezado colocando los hierros a su primero en forma algo defectuosa sin embargo fue centrándose y se adornó con piruetas ligadas que la gente le festejó.

Se dejó llevar al astado emocionando antes de pinchar un par de ocasiones y dejar un cuarto de rejón contrario, con eso tuvo el astado para entregarse al puntillero después de lo cual dio vuelta.

El que cerró plaza resultó descastado y muy distraído, Luis tuvo el mérito de hacerlo casi todo realizando las suertes a base de entrega y deseos de agradar. Lució mejor al clavar banderillas de las que sobresalió una al violín que provocó la reacción inmediata del público, al matar con mayor prontitud cortó una oreja.

Abrieron plaza los Recortadores Goyescos Españoles ante un toro que no embestía con prontitud, dificultando la realización de las suertes por lo que no pudieron recortarlo, no obstante se esforzaron en agradar con otras suertes que el público les reconoció al recorrer el redondel. Este toro lo mató bien el sobresaliente Gerardo Sánchez.