El lunes pasado asistimos a un debate dentro del programa "Va en Serio" del periodista Carlos Ramos Padilla para defender a la tauromaquia ante José Luis Muñoz, diputado local del PRD, y Jorge Legorreta, senador del Partido Verde, dos de los principales impulsores de la iniciativa para prohibir las corridas en la Ciudad de México.
La experiencia sirvió para confirmar mi impresión de que detrás de dicha iniciativa existen intereses meramente políticos y un profundo desconocimiento del tema taurino.
Aunque sería más valioso debatir sobre el toreo por sí mismo, y no sobre el toreo utilizado como herramienta para trepar escaños políticos, no dejaremos de asistir allá donde se nos convoque para defender a la tauromaquia. Luego de que Marco Antonio Castillo, productor del programa, nos informó que el diputado Cristian Vargas del PRI se negó a asistir al debate, me tocó abrir la argumentación al tiempo en que el senador Legorreta hacía muecas de desaprobación, prueba de la clásica intolerancia de los antitaurinos.
El compañero de misión fue el colega Carlos Flores. A continuación, entrecomilladas, las principales aseveraciones de los antitaurinos durante dicha emisión y en distintas páginas de Internet con motivo de la propuesta para cancelar los festejos en el Distrito Federal, seguidas de las anotaciones de este columnista.
"La tauromaquia es una masacre". No, el toreo no es la matanza a mansalva de un ser indefenso, sino la lidia de un animal provisto de cornamenta e instinto de ataque que por lo general muere peleando y que tiene, a diferencia del triste destino de millones de reses en el cruel rastro, la posibilidad de regresar vivo al campo. ¿Por qué los políticos oportunistas no persiguen con la misma fruición a la caza o la pesca, donde los animales capturados no tienen, como el toro, la oportunidad de salvar la vida?
"La Fiesta Brava está basada en el sádico sufrimiento que se infringe a un ser vivo". Falso. La Fiesta está basada en la creación artística. Además, el sadismo no cabe en el torero ni en los aficionados, pues no se complacen ni se deleitan con el sufrimiento del animal.
"El toro es sometido a prácticas agresivas antes de la corrida". Este es uno de los mitos populares más extendidos. Si eso fuera cierto, el toro no podría ver, ni moverse ni embestir durante la corrida.
"El toro embiste por el color del capote". Mentira, el toro no tiene visión cromática; embiste al movimiento, no al color.
"El toreo no tiene nada que ver con la tradición mexicana". Si bien es cierto que la tauromaquia es española, ¿cómo no va a ser una tradición mexicana si las fiestas de toros llevan practicándose 485 años en nuestro país? La celebración del día de los Reyes Magos es española y la piñata es china pero, ¿alguien se atrevería a negar que también son tradiciones muy mexicanas?
"La derrama económica es una falacia". La derrama económica es una realidad. Durante la Temporada Grande capitalina, se generan mil 200 empleos directos que benefician a las familias de ganaderos, toreros, empresarios, apoderados, monosabios, trabajadores de la plaza, boleteros, taxidermistas, restauranteros, hoteleros, periodistas, tablajeros y vendedores de objetos diversos, entre otros.
"Nosotros impulsamos valores de sutentabilidad". En primer lugar, la palabra sustentabilidad no existe, pero si hablamos de lo que se puede sustentar, los ganaderos de bravo son grandes defensores de la naturaleza, de los ecosistemas dentro de sus dehesas y de todas las especies animales que habitan en ellas.
Carlos Flores les demandó que se informen mejor antes de opinar sobre toros.
Por otra parte Horacio Reiba, en su "Semanálisis y Tauromaquia", da fe de la siguiente perla del activista argentino Leonardo Anselmi: "Existe una conexión absolutamente directa entre la violencia contra los animales y la violencia contra los seres humanos". Seguramente existe tal conexión entre quien maltrata a una mascota y también a un congénere, pero como el torero no sale al ruedo a "violentar" al toro sino a crear una alianza artística con él, no encuentro correlación. Toreros y aficionados no son unos desalmados.
Longevidad
Guillermo Capetillo, quien encabeza el elenco de toreros mexicanos para la próxima Temporada Grande en la Plaza México, es uno de los diestros activos con mayor antigüedad en el mundo.
Detrás de los mexicanos Mariano Ramos y Rafael Gil “Rafaelillo”, que están a punto de cumplir 40 años de alternativa, y del español Carlos Escolar "Frascuelo", quien se doctoró hace 37, se encuentra Guillermo, con casi 34 años como matador.
Recibió la borla el 20 de noviembre de 1977 en San Luis Potosí de manos de Manolo Martínez, con un toro de la ganadería de De Santiago.