Banners
Banners
Banners Banners

Tanta felicidad no era posible en Bilbao

Miércoles, 24 Ago 2011    México, D.F.    Redacción | Foto: Archivo   
Talavante destaca en medio de la infumable corrida de Jandilla
El decepcionante juego de los toros de Jandilla que se lidiaron esta tarde en la plaza de Vista Alegre de Bilbao, dio al traste con el maravilloso ambiente que había dejado la tarde de ayer, tras la faena histórica de Morante de la Puebla y los detallazos de torero caro de José Mari Manzanares.

Y hoy, la terna compuesta por Julilán López "El Juli", Alejandro Talavante y Jiménez Fortes, que tomó la alternativa, tuvo que apechugar y plantarle cara con mucha decisión a los toros de Borja Domecq Solís, que resultaron complicados y desarrollaron cierto peligro que ocasionó muchos momentos de tensión a lo largo del festejos.

Bien dice el conocido refrán que "tanta felicidad no es posible", y así , uno a uno según se iban lidiando, la tarde se fue poniendo muy cuesta arriba. Solamente destacó la actitud y ganas de agradar de la terna, de la que sobresalió Alejandro Talavante con el quinto, en una faena entonada que malogró con el descabello.

Y no se crean que ese ejemplar cumplió con la famosa frase de "no hay quinto malo", lo que pasa es que el extremeño apostó muy fuerte y se quedó quieto para robarle pases donde no los había, gracias al mágico temple de su muleta y al trazo de sus pases que el público coreó con fuerza en el tendido.

Una estocad entera, con travesía hacia el costado contrario, impidió a Talavante cortar una oreja de peso, y tuvo que conformarse con escuchar una cariñosa ovación sobre las rayas del tercio, escaso premio a una actuación en la que también había echado el resto con el tercero, un toro que cazaba moscas por arriba.

Tras la muerte del segundo toro de la corrida, El Juli mascullaba algunas palabras a su apoderado, Roberto Domínguez, que no debieron ser gratas, sobre todo porque había pasado un trago amargo delante de un toro que tenía peligro sordo y que estuvo a punto de echarle mano en un par de ocasiones.

A base de entrega y raza le robó algunos muletazos, pero no terminó de redondear un trasteo que terminó mediante pinchazo y estocada. Seguramente aquel reproche al buenazo de Roberto era cómo no había toredo la de Núñez del Cuvillo, esa con al que hasta el mismo disfrutó el toreo y aplaudio a sus compañeros.

El cuarto toro, segundo del lote del maestro Julián, fue otro ejemplar descastado y con genio, dos cosas que juntas son dinamita, y se vio obligado a abreviar. Mató de estocada entera, con ese tranquillo tan suyo, pegando un brinco y saliéndose de la suerte, y con todo y eso el toro le llegó a golpear en el antebrazo izquierdo sin llegar a arrebatarle la muleta.

El enfado de El Juli era grande, y aunque trató de ocultarlo cuando se metió al callejón, seguramente hoy no dormirá pensando que mañana le embista un toro de Victoriano del Río, pues Bilbao es una de sus plazas talismán; el escenario donde ya sabe lo que es salir a hombros y el coso donde, cierto día, un toro le partió la cara infiriéndole una cornada de espejo.

El toricantano, Jiménez Fortes, se notó seguro y centrado en una primera faena de buen corte ante el toro menos malo de todos: el de la ceremonia, un ejemplar noble y dócil, carente de transmisión, que le permitió realizar una faena sobria con algunos buenos pasajes.

El sexto fue otra prenda y no demasiadas opciones al malagueño, que cumplió el sueño de doctorarse en esta plaza de tanta solera, ante una de las mejores aficiones de España.

A ver si mañana los toros de Victoriano del Río colaboran con las figuras del cartel: Enrique Ponce, el propio Julián y Miguel Ángel Perera, en otra combinación de mucha categoría.


Comparte la noticia


Banners
Banners