A pesar de que ninguno de los toreros mexicanos cortó siquiera una oreja en la Feria de San Isidro, tanto los tres matadores como los dos novilleros nuestros dejaron una excelente impresión.
El número de puestos ocupados por toreros mexicanos, el mayor en la historia del ciclo taurino más importante del mundo, ya significaba de entrada una revaloración del toreo mexicano. Y luego, un desempeño decidido y valiente acabó por justificar plenamente la inclusión de todos ellos (Diego Silveti también sudó el terno como sus paisanos ante un lote escandalosamente manso y descafeinado en una tarde muy cuesta arriba, pero fue quizá el que menor brillo alcanzó).
No es casualidad, y esto merece subrayarse, que cuatro de estos cinco diestros nacionales se formaron como novilleros en España. Desde sus inicios abrevaron de la fuente del toreo español. Pronto se acostumbraron a la embestida del toro de allá, al medio hispano tan profesional y a la tremenda competencia de cada tarde, por lo que hoy están perfectamente adaptados.
Para acabar pronto, foguearse en España es lo que deberían hacer todos los aspirantes mexicanos a la alternativa. También sería recomendable que los propios matadores aztecas hicieran largas temporadas allá para subir su nivel en todos los renglones, buena costumbre que se interrumpió cuando el gran Manolo Martínez regresó de una áspera campaña peninsular con el cuerpo cosido a cornadas. Cuando no se siguió esa estrategia, los toreros mexicanos que iban eventualmente a España lo pasaban realmente mal con un toro mucho más grande y de una conducta muy diferente al de acá.
Ojalá que la oportunidad al toreo mexicano brindada en este San Isidro no sea un acontecimiento aislado sino el primer paso hacia una verdadera reciprocidad entre las Fiestas de México y España.
Literaria
Hace unos días murió María Valencia, quien fuera pareja sentimental del legendario Jesús "El Ciego" Muñoz. Su pérdida dio lugar a una confusión sobre si quien había fallecido era la madre de nuestra apreciada Bernardita Muñoz pero la señora, a quien tuvimos el gusto de saludar por teléfono ayer, se encuentra perfectamente.
María Valencia aparece como "María Valente" en la extraordinaria novela "Más cornadas da el hambre", publicada en los años cincuenta del siglo pasado por Luis Spota. Se hace pasar por un torerillo y aunque sus amigos maletillas en algún momento descubren que es mujer, siguen recorriendo la legua a su lado. María Valencia tenía 79 años de edad.
Apoyo
En estos tiempos donde brotan iniciativas para eliminar las corridas como hongos después de la lluvia, no se puede pasar por alto lo que Eruviel Ávila, aspirante a gobernar el Estado de México, le dijo a Alejandro Silveti el domingo pasado en nuestro programa dominical "Fórmula Taurina": "Hago patente mi solidaridad con la familia taurina. Mi padre me llevaba a las plazas y cuando fui presidente municipal de Ecatepec, siempre se dieron toros en ese municipio"..
Lo insólito es que Eruviel, además de ser candidato del PRI, lo es también de Nueva Alianza y el Partido Verde, opositor por su naturaleza del espectáculo de toros, lo cual da una mayor dimensión a sus palabras. Cabe esperar pues, que si Ávila llega a gobernar el Estado de México, el toreo recibirá un fuerte apoyo en esa entidad.