Fue ahora en la ganadería de José Manuel Cobaleda, de encaste Murube, donde el matador de toros Joselito Adame practicó tres variadas faenas de campo ante las becerras que dieron gran juego, acomodándose plenamente, en especial con la segunda.

Con la primera, Joselito Adame ha torerado bien por naturales en una labor su mayoría izquierdista donde dibujo el pase de trincherilla. La becerra era exigente y había que estar muy certero en los toques, lo que realizó muy bien el mexicano.

La segunda fue la materia prima idónea para que Joselito se embriagara de bien torear, estando variado y derrochando torería. Citando desde largo anteponiendo la sarga roja, ha tenido enfrente a una res brava, con calidad, recorrido y mucho motor, a la que consintió con derechazos largos, templados y de mucho poder.

Con la tercera que fue otra vaca con mucha calidad que permitió a Joselito expresar su sentir torero, cuajó varios derechazos de bella factura y logrando instantes de arte y solera.