Esta mañana ha fallecido en Sevilla, a los 83 años de edad, Pepín Martín Vázquez, un torero que, en su época, fue muy importante y dejara su sello como uno de los diestros con mayor pureza que ha pisado una plaza de toros.

Además de ser matador, profesión en la que siempre demostró una gran verdad en la ejecución de las suertes y el sello de la quietud y el toreo de buen gusto, Pepín incursionó también en el mundo del cine y es muy recordado por la película "Currito de la Cruz.

Su verdadero nombre era José Martín Vázquez Bazán. Nació en Sevilla el 6 de agosto de 1927 y tomó la alternativa en Barcelona el 3 de septiembre de 1944 en una corrida de auténtico lujo, llevando como padrino a Domingo Ortega, mientras que los testigos fueron Pepe Luiz Vázquez y el mexicano Carlos Arruza.

La carrera de Pepín fue breve realmente, pues su última corrida fue en 1953, en Caracas, Venezuela. La trayectoria de este gran torero quedó marcada por la gravísima cornada que sufrió en la plaza de Valdepeñas en 1947 y que, a la postre, influyó en la decisión de retirarse.

A México vino a torear en el otoño de 1945, cuando ya se había retomado el convenio con los espadas españoles tras los ocho años de ruptura que se venía arrastrando desde 1936. En El Toreo de la colonia Condesa actuó varias tardes con éxito.

Será siempre recordada la manera en la que interpretaba el toreo al natural, siendo de los mejores en ejecutar esta suerte a lo largo de la historia.