Pablo Hermoso de Mendoza demostró que sigue siendo la primera figura del rejoneo mundial. Además, confirmó que su imán taquillero sigue intacto. El domingo pasado en la Plaza México contó con la colaboración de dos toros manejables de la ganadería de Los Encinos, a los que hizo sendas faenas que habrían merecido el corte de orejas, de no haber sido por sus fallos con el rejón de muerte.

Con una monta más elegante y reposada, en comparación con la de su antagonista Diego Ventura, Hermoso brindó una actuación extraordinaria ante un público diverso que se mostró frío en un principio y que luego rompió ante la cátedra del navarro. Dentro de lo más artístico de su comparecencia, recordaremos los soberbias piruetas de "Pata Negra" en un palmo de terreno.

Náufrago

Indeciso, Rodolfo Rodríguez "El Pana" no le salía a su primer toro, pretextando que estaba reparado de la vista, lo cual dudamos. El de Malpaso era, en todo caso, incierto. Entonces la gente empezó a meterse duramente con él. Luego vino la impericia del subalterno Rubén Ávila, quien lo estrelló contra un burladero, error que sólo se le puede imputar al propio Rubén, quien jamás recibió una orden para cometer semejante atrocidad.

Como Rodolfo requiere de un ambiente muy favorable para poder desplegar su histrionismo, y lo que reinaba era la hostilidad, la magia nunca brotó y el veterano lidiador empezó a desvanecerse entre las sombras. Ya nadie reconoció el mérito que entraña salir a la Plaza México con sesenta años a cuestas ante dos toros de verdad, de esos que las figuras extranjeras no lidiarían aquí ni de casualidad. La presión resultó injusta y cruel, aunque también hay que admitir las escasas facultades del discutido coleta tlaxcalteca.

Apapachar

Nadie está en contra de que un sobresaliente busque eso, sobresalir. Pero hay momentos para hacerlo. Por ejemplo, en un quite o la ejecución de una estocada.

En la situación del domingo pasado, ante la devolución de un toro decretada por el juez  tras haberse descornado y la ineptitud de los cabestros y los corraleros para llevárselo del ruedo, lo que le correspondía era única y exclusivamente buscar la igualada y darle muerte. El argumento apapachador de que Luis Gallardo ha recibido pocas oportunidades, no es suficiente para justificar que haya querido lucirse en aquellos instantes, echándole a la gente aún más en contra al matador en turno, quien quiera que éste haya sido. Y luego darle pases al animal disminuido e incompleto por el lado donde no tenía cuerno, ¡inaudito!

Durante una entrevista radiofónica, El Pana fue comprensivo con el sobresaliente, y cómo no iba a entenderlo si muchas veces también robó cámara al tirarse de espontáneo, pero la verdad es que en este caso específico, al sobresaliente le correspondía actuar con discreción.

Reunión

Fue un placer asistir ayer a la comida mensual de la peña "Los de Armillita, Garza y Silverio" en el Centro Asturiano de Polanco. Compartimos mesa con Gabino Lombana, Carlos Camacho, Jacobo Zabludovsky, Adolfo Lugo Verduzco, Javier Jiménez Espriú, Jorge de Haro, Vicente Aristegui, Leobardo Ruiz y José Marrón. Nuestro entrañable amigo Gabino, presidente de la peña, próximamente cumplirá 86 años de edad, pues nació en Arredondo (Cantabria) el 6 de agosto de 1925.

Proyectamos ocho de los noventa "jueves taurinos" que están siendo transmitidos por pares cada semana en esta página referencial de información taurina. Corrió un buen vino riojano ante la sopa verde de almejas y las lonjas de pescado. Se discutió de toros y se conversó con amenidad, en el marco de una reunión inolvidable donde brillaron la proverbial agudeza y la memoria del maestro Jacobo.

Respuesta

Hubo cinco o seis buenas entradas durante la Temporada Grande que llega ahora a su recta final: la inauguración, la presentación de Ventura, la única y extraordinaria tarde de El Juli, las dos corridas de aniversario y la única corrida de Hermoso de Mendoza. Nada mal, si consideramos que vivimos tiempos donde los ataques furiosos contra el espectáculo de toros están a la orden del día.

Añejo

El monosabio Juan Siegler Maldonado se despidió a los 82 años de edad. Antes de ser monosabio participó durante ocho meses en la construcción de la Plaza México.

El primer domingo de 1945 debutó como portero en la plaza La Morena. Fue suplente, carpintero, talabartero, carretillero azul y tirador de mulillas. En el demolido Toreo de Cuatro Caminos, alguna vez le hizo un quite a cuerpo limpio a Alfredo Leal. Don Juan nos dice: "Una vez comprometiéndome a prestar mis servicios como monosabio en alguna plaza, dejé atrás las cuestiones sentimentales y todo compromiso familiar con esposa e hijos, con tal de dedicarme en cuerpo y alma a la más bella de todas las fiestas".