El cineasta de familia ganadera, Rodrigo Lebrija Bailleres, continúa filmando escenas de su segundo largometraje, que se titula "El Brujo de Apizaco", enfocado en a la vida del matador Rodolfo Rodríguez "El Pana", y en el que pretende expresar las condiciones adversas en las que muchas veces tienen que desarrollarse los ídolos.

En la siguiente entrevista nos comenta las distintas etapas que ha vivido a lo largo de este interesante proyecto, después de haber dirigido "Shirgo, la leyenda del cagalar", su primera película.

-¿Cómo va el rodaje de la película?

-En su etapa final, después de tres años de hacer un  trabajo muy gratificante. Ya tengo muchas horas de material y una selección de aquellas escenas que me van a servir para el montaje. Creo que todo este tiempo ha servido para conocer más a Rodolfo y compenetrarme con el personaje.

-Pero no es precisamente la vida de un torero lo que tú quieres reflejar, según nos habías comentado hace algún tiempo...

-Eso es correcto. Más que la vida de un torero, es la de un ser humano perturbado por el alcoholismo, pero que tiene mucho talento, y da la casualidad de que se trata de un torero, pero no es un película biográfica, sino la esencia de cómo en México este tipo de personajes tienen que enfrentarse a muchas adversidades por el entorno social en el que se desarrollan desde pequeños,y con el paso de los años, cuando triunfan, tienen que enfrentrar otros muchos obstáculos por su falta de educación, como el hecho de ganar dinero o tener fama y reconocimiento popular.

-¿Qué has encontrado al respecto?

-La infancia de El Pana fue muy complicada, como la de muchos niños que viven en zonas marginadas, y esto es lo que quiero contar en la película de manera paralela. Estar a su lado durante varios días me ha hecho adentrarme en esta situación, y también después de conocer los lugares donde ha vivido; las zonas de los tinacales de Tlaxcala, donde se produce el pulque, y otros escenarios de ese México que tanto me atrae.

-¿El personaje da pie a profundizar?

-Por supuesto. Hay escenas insólitas de El Pana haciendo el quehacer en su casa; yendo a la taquería o regresando del encierro de las clínicas de desintoxicación, cuand ha  Estos pasajes me han proporcionado una visión diferente y más humana de la que existe en Internet, donde hay muchas faenas y cosas relacionadas con su carrera.

-Imagino que durante este tránsito has hablado con mucha gente...

-Así es, y creo que todos los entrevistados que ofrecen testimoniales han contado aspectos muy interesantes sobre la vida de El Pana. La última entrevista se la hice a su hija, que vive en Estados Unidos. Me encantó poder hablar con ella.

-¿Y se llamará "El Brujo de Apizaco"?

-Este epíteto que acuño Beto Murrieta me parece muy elocuente, y refleja misterio. Así que, en el título de trabajo, como llamamos en términos de cine, sigue siendo el mismo.

-¿Qué duración tendrá el filme?

-Como estoy pensando en que sea un largometraje, debe durar 90 minutos como mínimo, así que quizá se alargue un poco más de lo previsto, dependiendo del resultado final. Eso dependerá del momento en que se definan los contenidos.

-¿Y cómo tienes ordenado el material que has ido filmando?

-Está en escaletas de guión, a la manera en que yo creo que debe quedar la película.

-¿Cuándo crees que pueda estrenarse?

-Aún no lo sé, pero estamos en ello para buscar la manera de financiar su producción. Por eso decidí venir a vivir a México y cambiar mi residencia, pues cuando comencé a filmar la película vivía en España, y yo creo que aquí, en mi tierra, puedo encontrar las claves para terminarla.