Distintas historias de la tercia de hoy para México
Domingo, 09 Ene 2011
México, D.F.
Jorge Raúl Nacif I Foto: Archivo
En la décima corrida de la Temporada Grande
La tarde de este domingo va a celebrarse la décima corrida de la Temporada Grande 2010-2011 en la Plaza México, para la cual se anuncia una combinación que posee tres historias muy diferenciadas, pero unidas por el común denominador de la búsqueda del triunfo.
Por un lado, Manolo Mejía es un maestro del redondel, dominador de la técnica que ya ha tenido la oportunidad de disfrutar de las mieles exitosas en esta plaza, aunque sin lograr la consistencia en los triunfos. Sin tener suerte la tarde de su debut en la campaña, hoy es una buena oportunidad para reafirmar su sitio.
Por el otro, aparece la figura de Pedro Gutiérrez Lorenzo "El Capea", hijo de uno de los toreros más queridos en nuestro país. El español ha permanecido todo el año en México, toreando de forma constante hasta alcanzar el quinto puesto del escalafón 2010, siendo también consistente en los triunfos.
La campaña pasada actuó dos tardes en Insurgentes y en ambas cortó oreja, por lo que la tarde de este domingo querraá no solamente tocar pelo, sino obtener un triunfo resonante que le permita seguir afianzándose en su tauromaquia y poder pensar en la posibilidad de ir constituyéndose como uno de los diestros más importantes de la actualidad.
Cierra la tercia el hidrocálido Mario Aguilar, un torero que ya desde novillero demostraba una gran proyección, aunque de mayador las cosas no han sido fáciles. Esta será su cuarta actuación en este plaza y espera que, por fin, pueda cuajar un toro.
Sin duda le hace falta un triunfo fuerte al hidrocálido para que su carrera, joven y con muy buenas perspectivas, comience tomar un vuelo alto y definitivo, como también lo están haciendo sus compañeros surgidos de Tauromagia Mexicana.
Saltarán a la arena seis toros de Real de Saltillo, propiedad de Carlos Peralta Quintero, astados muy rematados que tieen un peso promedio de 561 kilos. Esperemos no se queden parados y puedan brindar un juego que permita el lucimiento de los tres espadas del cartel.
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