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Ruedo: Vargas Llosa, aliado de lujo

Miércoles, 13 Oct 2010    México, D.F.    Heriberto Murrieta | Récord   
La columna de este miércoles

Si alguien ha defendido la Fiesta de toros con inteligencia en cuanto foro ha podido, ése es Mario Vargas Llosa, el flamante Premio Nobel de Literatura.

En su soberbio artículo "Torear y otras maldades", publicado el 18 de abril pasado en El País, Vargas Llosa platica que encontrándose en una cena en Santo Domingo, la señora que presidía la mesa, temblando de indignación, empezó a despotricar contra las corridas de toros al tiempo en que saboreaba una langosta. El escritor peruano le explicó entonces que antes de llegar a su plato, la langosta que engullía había soportado un tratamiento infinitamente más cruel que el del toro de lidia en la plaza. Le recordó que los crustáceos en general y las langostas en particular, son zambullidos vivos en el agua hirviente donde se van abrasando a fuego lento porque, al parecer, padeciendo este suplicio, su carne se vuelve más sabrosa gracias al miedo y el dolor que experimentan.

Y añadió más ejemplos "de los indescriptibles suplicios a que son sometidos infinidad de animales terrestres, aéreos, fluviales y marítimos para satisfacer las fantasías golosas, indumentarias o frívolas de los seres humanos". En el texto, en clara alusión a lo que ha ocurrido en Cataluña, Vargas Llosa demanda que se deje a las personas decidir si quieren ir a los toros o no, "en ejercicio de la misma libertad que aquella señora pone en práctica comiéndose langostas asadas vivas o cangrejos mutilados o vistiendo abrigos de chinchilla o zapatos de cocodrilo o collares con alas de mariposa". Sobre la posibilidad de que el toreo se esfume algún día, anota que "la Fiesta no puede ser desarraigada de forma prepotente y demagógica, por razones políticas de corto horizonte. Prohibir las corridas, además de un agravio a la libertad, es también jugar a las mentiras, negarse a ver a cara descubierta aquella verdad que es inseparable de la condición humana: que la muerte ronda a la vida y termina siempre por derrotarla, que en nuestra condición ambas están siempre enfrascadas en una lucha permanente y que la crueldad forma parte de ella, pero que aún así la vida es y puede ser hermosa, creativa, intensa y trascendente".

Vargas Llosa afirma que para quien goza de una extraordinaria faena, los toros representan una forma de alimento espiritual tan intenso y enriquecedor como un concierto de Beethoven, una comedia de Shakespeare o un poema de Vallejo. Remarca que hasta el momento de entrar a la plaza, el toro es el animal mejor cuidado y tratado de la creación.

"El toreo es un espectáculo que tiene algo de danza y de pintura, de teatro y poesía, en el que la valentía, la destreza, la intuición, la gracia, la elegancia y la cercanía de la muerte se combinan para representar la condición humana", remata diciendo el Nobel nacido en Arequipa, un aliado de lujo del arte del toreo. Esta última frase nos hizo exclamar un largo olé.

Opinión

Relacionado con la confusión que genera entre algunos despistados el rol del torero, el maestro Fernando Romero decía la otra noche durante la presentación del libro Instantes 2 en la Universidad Autónoma de Querétaro: "La tauromaquia es un arte que requiere de una técnica escrupulosamente desarrollada. El torero es un artista, no un matancero. Enfrentar a un animal de media tonelada, armado con un par de pitones, no es tarea fácil. Se necesita valor, pero más que nada, el dominio de una técnica para enseñar al toro, para domeñarlo y así pintar una faena".

Festival, por radio

El próximo domingo a las 4 de la tarde, transmitiremos el magno festival a beneficio de los damnificados por el huracán Alex, en vivo desde la Plaza México a través de la estación La Más Perrona (1410 de AM).

Actuarán el rejoneador Félix Cantú y a pie, Eloy Cavazos, Jesús Solórzano, “El Capitán”, Manolo Arruza y Miguel Espinosa "Armillita", con toros de distintas ganaderías. Hoy se realizará una tienta encabezada por Eloy en el rancho de Félix Cantú, ubicado en Tepeji del Río.

Marisol Fragoso, Carlos Yarza y este cronista realizaremos la transmisión.

Números referenciales

Algunas cifras que sirven de marco para la Temporada Grande que arrancará con un cartelazo el domingo 7 de noviembre. Será la Temporada Grande número 18 de Rafael Herrerías como empresario de la Plaza México y la número doce del siglo 21 en el coso más grande del mundo.

La corrida número 500 en la historia de La México se realizó el 9 de marzo de 1980, con un mano a mano de Manolo Martínez y Curro Rivera. La corrida número mil se celebró el 4 de febrero de 2007, con la despedida de Jorge Gutiérrez. Al día siguiente, con la mil uno, terminó la temporada 2006-2007. Si consideramos que en la temporada 2007-2008 hubo 17 corridas, veintiuna en la 2008-2009 y diecinueve en la 2009-2010, nos encontramos que el festejo de inauguración de la próxima temporada será la corrida de toros número mil cincuenta y nueve en la historia del coso metropolitano.

Rafael Herrerías ha dado hasta el momento trescientas setenta y cinco corridas de toros. La primera que presentó fue el jueves 9 de septiembre de 1993 y la más reciente, el domingo 7 de marzo de 2010. Ha organizado más de una tercera parte del total de corridas de toros en la historia de la plaza, que representa más de 2 mil toros lidiados.

Veteranos

La semana pasada, durante la presentación de la Temporada Grande, nos encontramos con cuatro personajes de vasta experiencia: Don Neto, decano de los cronistas taurinos mexicanos (94 años de edad), el entrañable aficionado Gonzalo Martínez (84), el juez de plaza Facundo Arroyo (84) y el periodista Guillermo Salas (82). Todos ellos han dedicado su larga andadura a la Fiesta de los toros con cariño y pasión.

Dinástico  
 
El viernes 12 de noviembre a las 8 de la noche se realizará un atractivo festival de dinastías en la plaza San Marcos de Aguascalientes. Actuarán El Capitán, Curro Calesero, Fermín Espinosa “Armillita”, Miguel Espinosa “Armillita”, Ricardo Sánchez y Luis Fernando Sánchez, con novillos de distintas ganaderías.

El dinero que se recaude servirá para remozar el bellísimo Templo del Cristo Negro del Encino, ubicado en el barrio de Triana, en Aguascalientes.


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