Amplio estudio sobre la tragedia en la Fiesta
Miércoles, 22 Sep 2010
México, D.F.
Redacción | Foto: Archivo
Detalle del óleo titulado "El torero muerto", de Manet
El gran aficionado Jorge V. Torotino, que reside en Oregon, Estados Unidos, se ha dado a la tarea de escribir una monografía titulada "500 cornadas mortales y algunas más", que nos envía en un documento inédito aún, acerca de un tema que a veces no gusta que se mencione, pero que forma parte indisoluble de la tauromaquia.
Se trata de un trabajo muy bien documentado, cuya portada se ilustra con la efigie en bronce del recordado Manolo Montoliú, que permanece a las afueras de la plaza de Valencia, en España.
Este trabajo contiene un elocuente gráfico donde se pueden consultar, de manera rápida y precisa, las cornadas mortales más significativas de la historia del toreo, no sólo de matadores de toros y novilleros, sino de otros personajes, vinculados o no con el espectáculo, que han sido víctimas de las astas de un toro.
Curioso resulta el caso de Vicki Moore, una inglesa defensora de los animales, que el 25 de junio de 1995 fue herida mientras observaba un encierro en la localidad extremeña de San Juan, provincia de Coria. En su afán de fotografiar la carrera de los toros, fue alcanzada por uno de ellos y, aunque se recuperó de este percance, le trajo secuelas que la llevaron a la tumba el 6 de febrero del año 2000, casi cinco después de haber vivido, en carne propia, lo que experimentan los toreros que caen heridos.
Y lo más significativa de esta historia es que Vicki, que falleció a los 55 años de edad, defendía intelectualemente al toro "Argentino", que la había lesionado tan gravemente.
Entre esta anécdota y otras muchas ya conocidas de los buenos aficionados, y referidas en libros similares como "Las Cornadas", de Jaime Rojas Palacios e Ignacio Solares, o el magnífico texto del maestro Pepe Alameda titulado "Crónica de sangre", Jorge V. Torontino relata como el toro truncó la carrera de varios diestros que apuntaban alto, algunos que murieron y otros que debieron retirarse.
Agradecemos a don Jorge el envío de esta obra y lo felicitamos por su labor tan acusiosa. Ojalá que muy pronto pueda ver la luz y se ponga al alcance de la mano de la afición taurina.
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