Juan José Vián "El Palentino" se marcha a colombia el próximo martes en busca de nuevas oportunidades, pues asegura que en esta época del año se reduce la actividad novilleril en México y quiere ver la posibilidad de abrirse nuevos horizontes.

"Tengo un poco de miedo, tal vez el mismo que cuando vine a México hace nueve años sin conocer a nadie; pero seguramente que estando ahí comenzaré a hacer amigos y relaciones, tal y como he pidido hacer en este país que me ha abierto los brazos. Así que para allá vamos, otra vez cargado de ilusiones", afirma el novillero español.

Este luchador incansable, que en el país ha toreado alrededor de 30 novilladas en el lapso de casi una década, sabe que ir a Colombia será igualmente difícil dadas las circunstancias actuales de su carrera:

"Me voy el martes y estaré allá hasta el mes de febrero. He hablado con el matador Santiago Domínguez para ver cómo me puede ayudar. Buscaré a la empresa de Cali a ver si me ponene en una novillada de preferia, pues tengo mucha ilusión de torear en Colombia, donde me han dicho que hay tan buena afición. A ver qué pasa. Ya estoy acostumbrado a ir a la aventura, y será como cuando vine aquí a México, con una mano delante y otra detrás".

Este incansable luchador de los ruedos que, a pesar de todo, no puede dejar aparcada a un lado su vocación torera, le gustaría volver a México en 2011 para tomar la alternativa:

"Me gustaría tomar la alternativa aquí, porque en México es donde me he hecho torero. Aquí me han dado mis mejores oportunidades, y el triunfo en la Plaza México en 2005 revistió alguna importancia para darme a conocer. Aquí tengo mucha gente que me ha echado la mano, así que creo que sería my bonito poder convertirme en matador de toros en esta tierra".

A lo largo de este tiempo, El Palentino ha vivido en el Distrito Federal, Estado de México, Apizaco, Monterrey, Guadalajara y Aguascalientes, siempre con la intención de poder torear en el campo o en las plazas, y la muerte del que fuera su apoderado, El Ruso, viejo taurino potosino, fue un duro golpe en su vida:

"Ya cuando estaba encaminando las cosas murió El Ruso, al que viviré agradecido. Lo mismo a otras personas que me gustaría mencionar y que siempre me han ayudado. Entre ellos se cuentan el padre del matador Manolo Mejía, Miguel Ortas "Miguelete", la señora Carmen Abascal, y mis amigos de la Peña La Solera de Guadalajara, donde estuve viviendo mucho tiempo; lo mismo al gran aficionado Ramón Segovia y, en los últimos meses, a Elías Esparza, de la Academia de Aguascalientes".

En el currículo del torero español están plazas como La México, Guadalajara y Zacatecas, donde regó su sangre recientemente. En España ha toreado en su tierra, Palencia, y una tarde en Las Ventas de Madrid.