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Fallece el rejoneador Juan Cañedo en Querétaro

Sábado, 03 Jul 2010    México, D.F.    Redacción | Foto: Archivo   
A los 84 años de edad y tras haber permanecido enfermo en los últimos meses
El decano de los rejoneadores mexicanos, Juan Cañedo, falleció este mediodía en un hospital de Querétaro, a la edad de 84 años, y su cuerpo será trasladado a San Juan del Río para ser velado en su casa de esta localidad queretana.

Este famoso caballista nació el 11 de abril de 1926 en Querétaro, y era hijo del general Francisco Olvera Cabrera, y de la señora Aurora Villafaña, siendo su verdadero nombre el de Hugo Olvera Villafaña, que modificó al de "Juan Cañedo", cuando comenzó a torear.

Como miembro de una familia acomodada, realizó estudios en el Colegio Francés y el Simón Bolívar, y más tarde ingresó al Colegio Militar, donde obtuvo el grado de Teniente, y en esa época de su juventud decidió dedicarse a los toros, infludo por la gran afición de su padre hacie al toreo a caballo, e inspirado por la figura de don Álvaro Domecq y Díez, al que vio torear hacia finales de los años cuarentas, cuando vino a México.

Se presentó en públicó el 26 de febrero de 1950 en el Puerto de Veracruz, y se puede afirmar que fue el primer rejoneador profesional que hubo en México. En esta primera actuación, Cañedo alterno con los novillero Fernando López y Curro Ortega, y se lidiaron ejemplares de Piedras Negras.

En abril de ese año debutó en la Plaza México y, gracias al éxito obtenido, toreó tres domingos seguidos, cortando una oreja el día de su presentación al toro "Peroteño", también de la ganadería tlaxcalteca de Piedras Negras.

A lo largo de su carrera, toreó alrededor de 350 corridas en las principales plazas del país, y alternó muchas veces con figuras de distintas épocas. En 1953 se encerró con cuatro toros en la plaza de Campeche, y la última corrida que toreó en La México fue en 1967. Una día  toreó tres festejos en un mismo jornada, en los cosos de Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo. Y una de sus mayores hazañas fue haber cortado una pata en la plaza de Durango.

Se caracterizó por practicar un rejoneo efectivo y de gran vistosidad. A veces solía rejonear toros en puntas, hecho que confería mucha emotividad a su toreo.

Andando el tiempo se relacionó con Dolores Olmedo, y fueron empresarios en El Toreo de Cuatro Caminos, donde contrataron a Manuel Benítez "El Cordobés".

A Juan Cañedo se le recordará como un hombre recio, de acusada personalidad, y educado trato, cuya vida discurrió entre aventuras azarosas y una febril pasión por el caballo y la fiesta de los toros. Recientemente, aunque no pudo asistir, dado lo avanzado de su enfermedad, se le rindió un homenaje en la Feria de San Juan del Río, y en su honor se ofrecieron las tres corridas de este ciclo.

Durante una larga parte de su existencia, Juan Cañedo se dedicó a la crianza de caballos lusitanos y españoles, y al adiestramiento de caballos. Fue directivo y presidente de la Asociación Mexicana de Criadores de Caballos Lusitanos.

Descanse en paz este hombre tan singular, dueño de una forma de ser inigualable, tanto dentro como fuera de los ruedos.


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