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Viñeta: Kilos y cuernos

Martes, 02 Dic 2025    Cali, Col.    Jorge Arturo Díaz Reyes | Cronicatoro   
"...no lo son todo, pero sin ellos no hay todo..."
No puedo recordar desde cuándo, ni cuántas veces habré oído y leído la despectiva sentencia –kilos y cuernos no son trapío– Tantas dictada como juez y parte, tantas repetida sin juicio ni parte. Pero casi siempre con la impunidad exitosa de las medias verdades.
 
Pues claro. No lo son per se, pero sí son expresión y substancia, sine qua non, de la integridad, el desarrollo, la edad, el volumen, el cuajo, la salud, el vigor, la armonía, el respeto, la estética… No son el trapío, cierto, pero sin ellos no hay trapío. Bravura o mansedumbre, también condiciones naturales, van por aparte, no siempre asociadas.
 
Caigo en este lugar común, perdón, empujado por la lectura de dos documentos de actualidad y atención. Primero, el "Balance de la feria de San Isidro 2025", publicado en su Web oficial, por la Organización El Toro de Madrid. Segundo, el resumen de la Cuarta Tertulia Invernal de la misma organización, Publicado por Cultoro (jueves pasado), a la cual compareció el empresario de Las Ventas, Rafael García Garrido. No es indispensable resaltar la significación de ambos.
 
El uno, hipercrítico hasta el apague y vámonos: "Tristeza por la situación que vive la fiesta y en especial la plaza de Las Ventas… calidad ínfima… aburrimiento… mucho cinqueño… en general bobalicones…  preparados para que los toreros vengan con garantías de mínimo riesgo… Poco criterio en la elección del ganado… antitaurinismo en el Colegio de Veterinarios… Los cuernos y el peso no es trapío…".
 
Hasta aquí, un muestreo de valoraciones al toro. Respecto al toreo, el torero, la autoridad, la empresa y el público, las opiniones del balance merecen reflexiones más vastas que las posibles en este corto espacio.
 
Por ahora vuelvo al tema titular. Sí y no, insisto, las armas y la romana del toro (productos naturales del crecimiento y adultez), no lo son todo, pero sin ellas no hay todo. Y si además de la esplendidez en las dos cualidades morfológicas, el mucho "cinqueño" y el personal "aburrimiento" son la medida para la desaprobación del toro de Madrid, por parte de la élite de la afición, tendría que plegarme definitivamente a su declaración inicial: "Tristeza por la situación que vive la Fiesta y en especial la plaza de Las Ventas". En cuanto al Colegio de Veterinarios, no creo justa la descalificación.
 
De mi lado, (y asistí a todas y cada una de las corridas), la feria más larga y determinante del mundo continúa echando, en general, con la lógica variedad y propia imprevisibilidad de juego, el toro más toro, con más kilos y cuernos. Y el "aburrimiento", (para los que van a desaburrirse), por cierto, selectivo, lo capté más en una minoría irreverente y no pocas veces irrespetuosa.
 
En contraste con lo anterior, el segundo documento, el de Cultoro, atinente a la Cuarta Tertulia Invernal, muestra la misma venerable organización, mucho más considerada y receptiva. ¿Sería el frío?
 
Ya en presencia del principal implicado, el empresario, "que ofreció una intervención sólida, directa y muy celebrada por los aficionados presentes...", terminaron aplaudiendo la promesa del regreso de la ganadería de Cuadri y otras divisas de fuerte arraigo torista, así como planteando la necesidad de "mayor número de corridas de toros fuera de los ciclos de San Isidro y Otoño".  Y "dejando la sensación de que Las Ventas camina hacia una temporada más abierta, plural y con especial atención al toro".
 
En la que espero yo, aficionado vetusto, los kilos y los cuernos, sigan engrandeciendo al toro de la primera plaza del mundo. Como los del premiadísimo "Brigadier" (667 kilos y cinco años largos), antípoda del cómodo y juvenil terciado que se podría esconder subliminalmente tras el manido eslogan.


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