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Te Deum a Morante

Martes, 14 Oct 2025    AGS, Ags.    Jesús Zavala | Especial   
"...Tuve que soportar todas las expresiones denostativas..."
Me siento a escribir estas líneas a unas horas que el maestro don José Antonio Morante de la Puebla dijera adiós a los toros saliendo por la Puerta Grande de Las Ventas. Lo quiero hacer así para que las emociones que ahora me invaden me guíen a escribir estos párrafos. 

Mucha tinta y papel se utilizarán para narrar este trascendente suceso. Yo quiero hacer lo propio como muestra de mi más profunda admiración, respeto y agradecimiento que le profeso al maestro Morante. 

De manera sigilosa, en secrecía y triunfal se ha despedido de los ruedos uno de los más grandes toreros de los primeros veinticinco años del siglo XXI. Tal ha sido su grandeza que se fue de los ruedos por decisión propia, en el pináculo de su carrera, aún con facultades, y sin que algún compañero le pisara los talones.

Ciertamente a todos nos desconcertó una despedida inesperada, que tuvo lugar después de una faena de valor, arrojo y arte, con una fuerte voltereta incluida, el corte de dos indiscutibles orejas, el maestro de La Puebla se fuera al centro del ruedo y por sí mismo se retirara el añadido (podría decirse la corona), ante una plaza llena que atónita no daba crédito del actuar y decisión sorpresiva del maestro Morante.   

El maestro con la mano en alto mostraba al público el añadido, al tiempo que las lágrimas brotaban contagiando una emoción indescriptible. Cuando un torero rompe en llanto es porque está roto, su alma expresa el más profundo sentimiento de emoción que sólo estos elegidos pueden sentir.

Desde aquella Puerta del Príncipe del año 1999 el toreo de Morante me embelesó y quiso el destino que se acrecentara gracias a las últimas temporadas que el Maestro nos regaló con ese toreo único, lleno de estética, solera, inventiva, verdad y valor.

Tuve que soportar todas las expresiones denostativas que durante varios años se dijeron del maestro; pero la recompensa vino al percatarme de la conversión de varios aficionados amigos al morantismo. Jamás les reproché, antes bien me sentí complacido, que pudieran paladear y emocionarse con el toreo de este diestro señero.      

¿Qué es lo que hace grande a un torero, que sea figura del toreo y forme parte de la historia? Baste con seguir paso a paso la evolución de un torero como Morante, quien fue capaz de hacer su propia tauromaquia abrevando de las figuras del toreo de antaño como Joselito "El Gallo" y Juan Belmonte, al final y al cabo paisanos suyos.

Me embarga la nostalgia de la repentina despedida del maestro, pero quiero mitigar mi tristeza recordando todo lo que el toreo del Maestro me ha dejado y conmovido, que he sido afortunado y bendecido. Me enjugo las lágrimas y levanto la voz para decir ¡Gracias, maestro Morante, gracias! ¡Siempre te llevaré en mi recuerdo y corazón como uno de los más grandes toreros que tuve la oportunidad de paladear! ¡Hasta siempre maestro, jamás te olvidaré! 


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