La biblioteca digital del Fomento Cultural de la Tauromaquia Hispanoamericana, publicó el cuarto tomo de la serie Charrería y Tauromaquia, dedicado concretamente a los charros de Jalisco y los charros de Salamanca, los cuales han sostenido un histórico hermanamiento a través del tiempo.

Un sentir charro que abarca un extenso legado cultural, ganadero, gastronómico y turístico. Una identidad que hizo eco en los gauchos, llaneros, huascos, chagras y todos los demás jinetes de América, que fueron influidos por tal herencia que no se encuentra exenta de mitos que ya forman parte de su realidad.

El término charro delimitado a territorio mexicano, no apareció en la literatura sino hasta entrado el siglo XIX. En tanto, no fue sino hasta la década de los años 40 cuando se popularizó gracias al cine de la denominada Época de Oro, dos figuras, tanto en México y en España que gozan de una identidad propia.