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Muere Curro Gama en Guadalajara

Viernes, 11 Abr 2025    Guadalajara, Jal.    Felipe Aceves | Foto: Archivo   
Aquel novillero que llenó El Progreso de una manera formidable
El prometedor novillero José Gamaliel Orozco Solorio, conocido en los carteles como "Curro Gama", falleció el pasado miércoles 9 de abril en Guadalajara, debido a distintos problemas de salud, y su partida ha generado consternación en el medio, sobre todo el de sus compañeros de aquella época, en que tanta expectación despertó cuando debutó en la desaparecida plaza "El Progreso" a finales de los años sesenta.

Curro fue uno de los toreros que mayor impacto causaron en esta tierra. Su presentación tuvo lugar con novillos de San Marcos, un 8 de diciembre de 1968 y el último festejo en que toreó fue apenas el siguiente 2 de febrero de 1969 al lado de los hidrocálidos Pepe CaroJesús Ávila. Los novillos fueron del hierro alteño de Aurelio Franco, hierro al que, por su raza y poder, la torería siempre le tuvo mucho respeto, en esos años en que don Ignacio García Aceves le compraba camadas enteras para sus temporadas novilleriles en Guadalajara.

Aquella aciaga tarde, uno de los ejemplares que le correspondió en suerte al fenómeno tapatío le partió la femoral y terminó con su prometedora carrera. En su debut, El Gama, como era llamado cariñosamente, causó un impacto inusual; el novillo de su presentación le pegó una cornada que por fortuna no fue grave, pero sí le impidió repetir el siguiente domingo, como se acostumbraba en aquellos añorados ayeres.

Fue tal la conmoción que provocó que era increíble como, en el trasporte público, la gente hablaba de "un torero que había causado sensación en El Progreso". Cuando pudo reaparecer, al lado de Alberto Martínez –el hermano mayor de El Zapopan– y Miguel Ángel Núñez, ambos tapatíos. La plaza se llenó de tal manera, que eran notorias las muchas piernas que colgaban de la azotea del coso del barrio de San Juan de Dios.

En el libro "Agotado el boletaje", de Francisco Madrazo, don Nacho García Aceves comenta al respecto del Gama:

"Este joven despeinado, de rostro anguloso, pudo ser un figurón del toreo. Cuando se vino la guerra con Leodegario Hernández mi tropa vieja me traicionó –tú entre ellos, Paquito– y me quedé con muy pocos fieles. Di casi puras novilladas, y en una de ellas apareció Curro Gama y armó un verdadero escándalo. Mi buena suerte de jugador de póker no me había fallado, y tenía en mis manos el as para ganar el juego. Mira cómo está la plaza en el segundo festejo que toreó (se refiere a la foto que ilustra este texto).

Y sigue don Nacho con su relato:

"El Gama tenía,  lo que decimos los taurinos, vitola de torero grande. Pero, a cortísimo tiempo, un marrajo de Aurelio Franco lo quitó del medio. Pero, don Nacho (pregunta Paco), ¿para qué le echó usted esa clase de novillos? Y el viejo y sagaz empresario responde con guasa: "¿Qué querías que hiciera, que le echara al Teco?" (en referencia a su socio, don Alberto Topete).

Cabe añadir que, en esos momentos, la competencia con la entonces Plaza Monumental de Jalisco (la actual "Nuevo Progreso") en la colonia Independencia estaba en su apogeo. Al siguiente martes, representantes de la empresa de la Monumental, se apersonaron en el Sanatorio de la Beata Margarita, a la sazón, el sanatorio de los toreros, para ofrecerle, a cambio de un auto del año y un vestido nuevo de torear, que su reaparición fuese en aquella plaza.

Pero El Gama declinó el apetecible ofrecimiento, porque, palabras según dijo, "mi compromiso es con don Nacho, porque él me dio mi presentación". El testimonio lo recogí de primera mano hace ya varios años, lo que viene a reflejar el carácter y lealtad de aquel fenómeno tapatío, cuyo sueño quedó colgado del pitón de un novillo.

Tanto el velatorio, como la misa de cuerpo presente, fue la oportunidad para saludar a varios toreros quienes, igual que Curro Gama comenzaron como "toreros de la legua", tales como Cristóbal Maldonado "El Cordobés de Jalisco", quien me compartió como vio al Gama llorar de emoción al verse vestido de luces para partir plaza en El Progreso, la tarde de su debut.

También vimos al querido Antonio Jiménez "El Botas", novillero que fuera de todas las confianzas de don Nacho; Tito González, Ramón González "Zapaterito", Miguel Ramos, los matadores Carlos Vidal y Ernesto Castellón, con quienes se improvisó una de aquellas tertulias -ya sabe como somos los taurinos- interminables.

Todo esto tuvo un origen y este fue por Rubén (alias El Pipo), uno de los hermanos Barbosa, quien vio torear a Curro en un novenario y se lo recomendó al egregio empresario tapatío diciéndole: "Si presenta a este muchacho, le van a volver los llenos que le hizo José Ramón Tirado". Y no se equivocó, sólo que el Curro Gama llevó mas gente a la plaza, despertó infinitas ilusiones y luego, el toro dispuso otra cosa... Descanse en paz.


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