La segunda mesa de trabajo del XI Congreso Mundial de Ganaderos de Lidia se llevó a cabo en la mañana de este sábado, con el tema "La crianza del toro de lidia, conservación de ecosistema y emblema cultural", en el que participaron el ganadero Pablo del Río (Victoriano del Río), Manuel Sescosse (Boquilla del Carmen) y el periodista Carlos Ruiz Villasuso, director de comunicación de Plaza 1, la empresa de la plaza de Las Ventas de Madrid, misma que fue moderada por el periodista Juan Antonio Hernández.

A lo largo de esta interesante sesión, lo integrantes de la mesa externaron distintas ideas en torno a la relevancia de crear una estrategia de marketing adecuado para tratar de posicionar a la tauromaquia como una marca, y que ello abone en la defensa de la Fiesta Brava como un elemento que cohesiona la identidad cultura de las regiones donde tiene arraigo.

En su exposición, Manuel Sescosse ofreció datos de las zonas del país donde la importancia de los toros va unida a las celebraciones religiosas, y cuyas festividades, en muchos casos, están vinculadas a la cultura de los pueblos originarios, lo que sin duda debe ser un argumento de peso para los políticos en el momento de legislar desde una óptima más amplia.

Por su parte, Pablo del Río ahondó en la trascendencia de la planificación adecuada por parte de las empresas, y las facilidades que siempre deben ofrecer a los aficionados para asistir a los toros, en una época en que el espectáculo está viviendo un auge considerable. Atender sus demandas y gustos es una obligación.

En este sentido, Ruiz Villasuso comentó que la comunicación se haga con los elementos que se tienen a mano, pero con un enfoque hacia de puertas hacia afuera y la mejor manera de mostrar la tauromaquia es tener una Fiesta saludable, en la que las plazas llenas sea un reflejo de la relevancia que contribuya a poner a los toros en los medios generalistas, derivado del interés que despiertan para un sector de la población.

Asimismo, realzó la labor de los ganaderos, quienes están en posesión de la tierra donde se cría el toro, y ese mapa de la tauromaquia tendría que elaborarse en función de una territorialidad que forma parte indispensable de la labor ecológica que realizan a diario los ganaderos, y la reivindicación de su trabajo, que es fundamental para la existencia de la Fiesta.