En este fin de semana de septiembre en el que se conmemoran las fiestas patrias, vale la pena recordar otra independencia mexicana: la taurina. Y es que México alcanzó la autonomía en 1936, tras "el Boicot del Miedo". Entre 1930 y principios de 1936, los toreros mexicanos lograron grandes triunfos en los ruedos españoles. 

Fermín Espinosa "Armillita Chico" encabezaba esta generación; desde 1933 se consolidó como la figura máxima del toreo mundial. En ese año lidió 53 corridas en España, al año siguiente toreó más de 60 y en 1935 encabezó el escalafón con 64 festejos (mismo número que Manolo Bienvenida).

Para entender la magnitud del impacto de Fermín Espinosa, basta leer la inscripción de una placa en Valencia que dice: "Recordará este bronce la mejor faena de muleta, los mejores pares de banderillas, que el sinigual torero mexicano, Fermín Espinosa Armillita realizó con el toro de Miura Cortijano, en esta plaza. La mejor faena que se ha hecho en España, se hizo en esta plaza, el día 25 de julio del año 1935"

Armillita no era el único torero mexicano que triunfaba en Europa. Otros diestros también iban haciéndose de cartel y toreando más corridas en las principales plazas en España.

1935 fue un año excepcional para los toreros mexicanos en España: Armillita encabezó el escalafón con 64 corridas, Garza toreó 43, El Soldado 29, Carnicerito de México 23 y Ricardo Torres 6. A esta cifra hay que agregar las novilladas del propio Ricardo Torres, Edmundo Zepeda, Eduardo Solórzano, El Indio, Julián Rodarte, El Vizcaíno y Silverio Pérez.

Para marzo de 1936, 24 toreros mexicanos ya se habían establecido en España, listos para iniciar la temporada. En las Fallas de Valencia, partieron plaza cuatro matadores mexicanos: Fermín Espinosa "Armillita Chico", José González "Carnicerito de México", Luis Castro "El Soldado" y Lorenzo Garza, junto al novillero Silverio Pérez.

Marcial Lalanda, figura del toreo español que "quería ser el más grande" –según dice su pasodoble–, alarmado, intentó distintos instrumentos jurídicos para que los toreros extranjeros no pudieran obtener una carta de trabajo. En contubernio con la Sociedad de Matadores expulsó a los toreros mexicanos. Juan Belmonte llamó al movimiento "el Boicot del Miedo". El 28 de junio de 1936, seis matadores, trece subalternos y dieciocho novilleros se embarcaron en La Coruña, rumbo a Veracruz.

El "Boicot del Miedo" resultó desastroso para los toreros españoles, pero marcó un hito favorable para la tauromaquia mexicana. Poco tiempo después inició la guerra civil española y los toreros peninsulares no pudieron venir a México donde inició lo que se conoció como la Edad de Oro del toreo mexicano. Sin el concurso de los españoles, México alcanzó su independencia taurina.

Pero para poder ser autónoma, la tauromaquia mexicana además de toreros que interesaran a los públicos, necesitaba toros. Para entonces, los ganaderos mexicanos ya habían consolidado sus dehesas y tenían suficientes animales para demostrar que no era necesario importar ganado. 

Para darnos una idea de la calidad y diversidad de la ganadería mexicana de aquellos tiempos, voy a mencionar algunos de los toros inmortalizados en la temporada 1936-1937 (la primera de nuestra independencia taurina) en El Toreo de la Condesa. El 20 de diciembre de 1936, Armillita le cortó una pata a "Pardito" de San Mateo, una tarde en la que el maestro de Saltillo triunfó cortando seis orejas, dos rabos y la mencionada pata. 

Lorenzo Garza triunfó con "Sarnoso" de Xajay y  "Tortolillo" de Torrecilla. Jesús Solórzano inmortalizó a  "Redactor" y a "Alafuerte" La Laguna. De Armillita se recuerda, también, la faena a un berrendo de Piedras Negras de nombre "Malagueño", que tuvo petición de indulto y los rabos que le cortó a "Cerillero" y "Carolino" de La Punta. 

Es decir, podemos observar que estaban consolidadas y triunfaban ganaderías tlaxcaltecas (La Laguna y Piedras Negras), queretanas (Xajay), de Jalisco (La Punta) y las zacatecanas de los hermanos Llaguno (San Mateo y Torrecilla). 

Para conmemorar la independencia en el 2024, la empresa de La México tuvo el acierto de anunciar un encierro de San Marcos (dehesa hermana de San Mateo) que se lidiará el próximo 16 de septiembre.  

Por cierto, dentro de las hazañas de la tauromaquia mexicana, está la presentación en la feria de San Isidro precisamente de los hierros de San Mateo y San Marcos en la Monumental de Las Ventas el 24 de mayo de 1987. Aprovecho la oportunidad para desearle mucha suerte a los ganaderos don Ignacio García Villaseñor y Marcos García Vivanco.

Así, mientras festejamos nuestra independencia nacional, celebramos también la autonomía taurina que nos permitió forjar una identidad propia en el mundo del toreo. ¡Que San Marcos traiga fortuna este 16 de septiembre!