Inolvidable será para el maestro hidalguense Jorge Gutiérrez y la ganadera de Carranco, doña Laura Herbert viuda de Villasante, el reconocimiento tan cariñoso, respetuoso y emotivo del que fueron objeto al medio día del domingo, en el Centro Taurino Potosino, mientras que poco más tarde, en la propia plaza de toros "El Paseo", fueron develadas dos placas alusivas a las grandes tardes de toros que protagonizaron en este ruedo.
La charla fue conducida por el periodista Guillermo Leal y resultó inolvidable, pues no solamente se hablaron de torero a ganadera, sino de yerno a suegra, contando anécdotas de su vida personal y taurina, sin faltar el buen humor y ocurrencias de ambos personajes, a los que les une admiración y mucho cariño desde hace más de 40 años.
El lleno que registró uno de los museos más bonitos del mundo, emocionó muchísimo a ambos homenajeados, quienes no dejaron de agradecer las muestras de cariño y reconocer la importancia de la familia en su andar por la vida.
Todo fue emotividad, pero uno de los más, resultó cuando María Isabel de Villasante, compañera de todas las batallas de Jorge, dentro y fuera del ruedo, le entregó el reconocimiento que la afición potosina les hizo llegar.
"San Luis Potosí fue una de las plazas en las que más veces actué y pude triunfar. Tantos buenos aficionados que me ayudaron a poner los cimientos de mi carrera", dijo Jorge Gutiérrez quien el lunes pasado cumplió 46 años de haber debutado en el ruedo potosino.
El homenaje fue organizado con gran entusiasmo y seriedad, por la también ganadera de toros de lidia, Paulina Gordoa, y el ahora juez de plaza, Gustavo Robledo "Gallito", resultó un éxito.
Los aficionados y profesionales de San Luis, junto a los homenajeados, cruzaron a pie la explanada España que divide el coso y centro taurinos, hasta llegar a uno de los patios de "El Paseo", la plaza de toros, en donde el empresario Joaquín Guerra agradeció a ambos las importantes tardes protagonizadas en San Luis Potosí, antes de que les fueron develadas un par de placas conmemorando su trayectoria.
"Qué bonito el cariño de la gente de San Luis, los recuerdos a la ganadería y el compartir con Jorge, que ha sido uno de los toreros más grandes de los que yo he disfrutado profesional y personalmente", afirmó doña Laura Herbert.
Y para cerrar con broche de oro, al terminar el paseíllo, Joaquín Guerra y su hijo Mateo entregaron un reconocimiento en el ruedo a Jorge Gutiérrez quien, feliz, dio una clamorosa vuelta al ruedo acompañado de los toreros del cartel y sus cuadrillas como tantas que dio en ese escenario.
Este lugar donde, por cierto, la tarde del 20 de noviembre de 1997 toreó su corrida 999, de las casi mil 500 en las que actuó en su contundente trayectoria por las más de 160 plazas que pisó en seis países del mundo taurino: México, España, Francia, Colombia, Venezuela y Ecuador.
A doña Laura, quien desde 1977 se hizo ganadera de la divisa potosina de Carranco junto con su esposo José Ramón de Villasante, y de la que, a su partida en 2005, es el motor y vida, ahora acompañada de su hijo Rodrigo y sus nietos, que están involucrados en todas las labores del campo bravo.
A ella le brindó su primera faena, la figura española Antonio Ferrera, aunque para entregarle la montera, entró al callejón de una manera espontánea y natural que fue festejada por los aficionados. Y así, San Luis unió a dos queretanos, uno por adopción, que llevan en el corazón esencia potosina.