Ayer se cumplieron dos meses de la terrible cornada que Alberto Ortega sufrió en la plaza Jorge "El Ranchero" Aguilar, y después de todo este tiempo el joven torero tlaxcalteca continúa recuperándose en su domicilio, con miras a reaparecer "cuando Dios así disponga", según las palabras de su padre del mismo nombre.
Alberto confirmó que su hijo está viajando periódicamente a Puebla donde recibe las atenciones de los médicos especialistas que lo intervinieron en aquellos días tan difíciles, en los que estuvo al borde de la muerte. Se trata del neurocirujano Fausto Álvarez; el otorrinolaringólogo, Luis Alberto Sánchez, así como también un médico maxilofacial y una oftalmóloga, que siguen al pendiente de su salud.
Debido a la parálisis facial que presenta Alberto, no puede cerrar completamente el párpado del ojo derecho, y debe estar siendo tratado para evitar una resequedad que ponga en riesgo la visibilidad del ojo.
Su situación actual
"Del oído tiene un poquito de limitación, pero va bastante bien, así como de la parálisis. En cuanto a la herida, va cicatrizando bien ya que para la operación le abrieron bastante, unos 70 u 80 puntos fue los que requirió para reparar los daños internos, pero gracias a Dios vamos bastante bien. Se va desinflamando la zona que es desde el hueso temporal en la cabeza, hasta abajito de oído por donde entró el pitón", dijo Alberto Ortega.
Debido a la gravedad y complejidad de la fractura interna, producto de la cornada, las operaciones se planearon a llevarse a cabo en tres etapas, estando pendiente la tercera que sería para corregir la mandíbula derecha del torero.
"Con respecto a esa operación, todavía ni está descartada ni tampoco se tiene certeza que se vaya a hacer. Todo dependerá de la evolución que se vaya teniendo y por el riesgo que implica realizarla, ya que los nervios son muy delicados en esa zona. Tal vez con las terapias pudiera ir evolucionando bien, sin necesidad de ser intervenido. Afortunadamente, dentro de la gravedad de la cornada, el daño terminó por minimizarse. Con tanta suerte y gracias a Dios que lo cuidó en ese momento y es él quien lo está sacando ahorita adelante".
Agregó que su hijo puede hablar, con ciertas limitaciones ya que no puede abrir la boca, ni tampoco masticar, por lo que se le suministran alimentos que no requieran ser masticados.
"En cuanto a los movimientos de sus brazos y piernas, no puede hacer mucha fuerza, ni caminar mucho, pero desde los primeros días se puede poner de pie. Para bañarse, sí tenemos que ayudarlo y mi otro hijo, Rodrigo, quien es fisioterapeuta, lo está ayudando con sus terapias".
No podrá nadar
Dijo también que una de las pasiones que tiene Alberto es la natación, pero ya los médicos le dijeron que eso ya no será posible, pues no podrá mojarse el oído.
"A pesar de todo, anímicamente se le ve muy bien. Me sorprende, lo veo muy echado para adelante desde los primeros días en que empezó a reaccionar y a despertar. Su ánimo es muy bueno. De repente, haz de cuenta, cualquier día, lo veo un poquito bajo de ánimo, pero también tiene días muy buenos, muy animado, para seguir avanzando en su recuperación".
El gran apoyo de la gente
Desde su percance, Alberto y su familia han recibido centenares de llamadas y mensajes de apoyo.
"Él no se imaginaba la cantidad de gente que ha estado al pendiente de su estado de salud y evolución. Llamadas, mensajes de apoyo, solidaridad, oraciones, buena vibra. Él se siente muy cobijado en ese aspecto y toda la familia estamos muy agradecidos con ese apoyo de la gente".
Y en cuestión económica, el maestro Alberto revela que tratan de ser muy discretos en ese aspecto, que sí han tenido momentos muy duros y complicados, pero que se han podido cubrir la mayor parte de los gastos, gracias al apoyo de muchas personas.
"Afortunadamente, no nos sentimos solos ni abandonados. Gracias a la familia, a los amigos, a algunos matadores y ganaderos no nos hemos sentido abandonados. Tenemos algunas cosas pendientes que cubrir, pero ahí vamos, poco a poquito".
Señaló que ya habrá oportunidad que el propio Alberto publique en sus redes sociales fotografías de su recuperación o de alguna otra actividad que pueda tener, sin descartar el día en que pueda volver a tomar los avíos en el campo.
¿Por qué pasó?
Finalmente, Alberto no encuentra explicación el porqué su hijo tuvo una cornada similar a la que él sufrió precisamente en Tlaxcala hace más de 30 años, en la llamada "Corrida de las Américas" de 1992. Aunque, ciertamente, aquel percance no tuvo, ni muchos menos, la gravedad de la de su hijo.
"Me sorprende y me pregunto y no encuentro la respuesta ¿por qué pasó?".
A su vez recuerda que en la misma plaza, Alberto había tenido un percance en una de las corridas de la Feria en noviembre pasado, cuando al entrar a matar el toro le echó mano y el cuerno pasó a escasos centímetros del cuello, que le hizo recordar su propia cornada que sufrió, por debajo de la mandíbula.
"No sé si es algo que tenía que pasar, o si fue por la plaza, pero de algo estoy seguro: la cornada que sufrió mi hijo pudo haber sido de fatales consecuencias, pero afortunadamente, tanto yo salí adelante como deseo y espero que él lo consiga, primeramente Dios". finalizó.