Durante la lidia del quinto toro de la tarde, José Tomás sufrió una aparatosa cornada, aparentemente de gravedad, debido a la profusa hemorragia que salió de su muslo derecho cuando el toro "Navegante", de Pepe Garfías, lo caló al quedarse corto en un muletazo por el pitón izquierdo.

El torero de Galapagar fue conducido con prisa a la enfermería, donde fue atendido por el equipo médico de la plaza Monumental de Aguascalientes.

La gravedad de la cornada se hizo patente con el reguero de sangre que dejó José Tomás por todo el callejón en su camino a la enfermería.

La consternación en todo mundo era patente, comenzando por su padre, que lloró desconsoladamente en el hombro de Fermín Espinosa "Armillita". Las autoridades municipales hicieron un cerco, y la gente allegada a José Tomás solicitó calma a los numerosos medios de comunicación, que se arremolinaron en torno a la enfermería.

Alrededor de unos 30 minutos tardó en salir de la enfermería, pues quedó inconsciente y los médicos no conseguían estabilizarlo, que era, en eses momento, lo que más urgía para mantener sus signos vitales y poder entonces llevarlo al hospital.

Asimismo, se aprovechó este tiempo para implementar un operativo de circulación vial, y despejar las vialidades con la finalidad de llevar los más rápidamente posible al herido hacia el Hospital Hidalgo, localizado en el centro de la ciudad, y distante un par de kilómetros de la plaza Monumental.

Hasta este centro de salud acudieron muchos aficionados y profesionales, entre los que destacó la presencia del matador Fernando Ochoa, amigo íntimo de José Tomás, que confirmó la gravedad del estado de salud del madrileño, y aprovechó para solicitar donadores de sangre tipo A negativo.

En un parte médico preliminar se ha informado que tiene una cornada de tres trayectorias en el Triángulo de Scarpa.

Además de Ochoa, hasta el hospital se acercaron otros toreros como el madrileño Roberto Galán, o el local Saúl de María, también otro de los amigos de José Tomás. El sentimiento generalizado era enviar buena vibra al torero herido, al que estaban ahí todos juntos para brindar su apoyo moral.

A las 22:40 horas, aproximadamente, Salvador Boix habló con los medios: "Su estado de salud es grave pero se mantiene estable, y lo están interviniendo de una cornada que afecta a la femoral y la arteria iliaca. Agradecemos las atenciones recibidas".

Por ahora, sólo resta esperar el desarrollo de la operación, y el parte médico oficial que van a proporcionar los médicos que, dicho sea de paso, tienen una gran experiencia. Cabe recordar la grave cornada de Jairo Miguel, el 15 de abril de 2007, y otras similares, que han atendido con gran profesionalismo y conocimiento de causa.