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El comentario de Juan Antonio de Labra

Jueves, 02 Nov 2023    CDMX    Juan Antonio de Labra | Opinión     
"...tenerlos en México al mismo tiempo, representa para el..."
Mientras Pablo Hermoso de Mendoza continúa su exitosa gira de despedida por todo el territorio nacional, también ya se encuentra en estos lares Diego Ventura para dar continuidad a su posicionamiento en México, y en breve hará lo propio Andy Cartagena, que pronto retomará la actividad en el país luego de haber toreado en Morelia.

También está por aquí Guillermo Hermoso, que viene a recibir la estafeta de manos de su padre, que prácticamente lo trajo en brazos en su primera campaña del año 1999, cuando la familia se afincó en el rancho San Juan, situado en las inmediaciones de las pirámides de Teotihuacán.

Así que en estas próximas semanas se avecina una atractiva presencia de estos cuatro toreros en distintas plazas, cada uno con su concepto del toreo, cuya ascendencia confluye en aquel otro gran maestro del rejoneo, como lo es João Moura, que cautivó al público con sus revolucionarios quiebros a la edad de 21 años, cuando vino a torear tres corridas a la Plaza México en 1981.

Desde entonces a la fecha, el rejoneo ha evolucionado de una manera exponencial, y el caballista navarro supuso un parteaguas mediante el cual el toreo ha encontrado unos caminos expresivos inusitados, hasta desembocar en la que se puede considerar como la época de oro del toreo a caballo, con Pablo Hermoso y Diego Ventura como los máximos exponentes.

La enconada rivalidad existente entre ambos impidió verlos torear juntos de unos años a la fecha. Sin embargo, y al margen de esta circunstancia, tenerlos en México al mismo tiempo, representa para el aficionado una maravillosa oportunidad de disfrutar de una forma de torear que, en cada uno, tienen un sentido distinto del espectáculo, pero igualmente inspirado en la pureza de la escuela lusitana.

En medio de estas dos grandes figuras del toreo a caballo, tal vez las mejores que han venido al país desde la época del legendario Simao Da Veiga, que deleitó al público en la plaza "El Toreo" en 1938, no deja de llamar la atención la reconocida capacidad de Andy Cartagena, heredero de su tío Ginés Cartagena, que aportó una emoción especial a las corridas de rejones que, en los años noventa, terminaron de entrar de lleno en las ferias de mayor relevancia de España.

Lamentablemente, en México aún no se ha logrado posicionar la corrida de rejones, no obstante la prolongada presencia de toreros como Pablo Hermoso en el país, y eso que en estos años la renovación del escalafón de rejoneadores ha sido cíclica y han salido buenos toreros a caballo, de los que algunos ya se encuentran en plena madurez, como es el caso de Jorge Hernández o Emiliano Gamero.

Así que esta seguirá siendo la gran asignatura pendiente, cuya responsabilidad ahora recaerá en Diego Ventura o Andy Cartagena, sobre todo ahora que hay un grupo de jóvenes rejoneadores mexicanos que están deseosos de emular las hazañas de los grandes maestros.


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