A lo largo de dos días, el Senador Pedro Haces Barba encabezó labores de tienta en el rancho La Piedad, donde cría toros de lidia, el cual, cumplirá 100 años, el próximo 2024, el único enclavado en la Ciudad de México donde se cría ganado de lidia al pie del volcán Ajusco, a 3 mil 200 metros sobre el nivel del mar.

El político estuvo acompañado por los matadores y los novilleros que tomarán parte en la próxima Feria Nacional de Zacatecas, a quienes invitó para probar la bravura de los ejemplares de esa casa ganadera que es la única que asienta sus reales en la capital del país.

Ello, ante la presencia de varios invitados del sector político, sindical y empresarial, quienes disfrutaron de experiencias inolvidables. De manera escrupulosa se desarrolló el tentadero en dos jornadas en las que los diestros se prodigaron ante las embestidas de los toros que fueron saltando a la arena y que se prestaron para que cada diestro se pusiera a punto.

En el primer día de labores, abrió las acciones el destacado aficionado práctico Pedro Haces Lago, quien, como hijo del anfitrión, predicó con el ejemplo al probar un novillo con el que se empleó a fondo.

Le siguieron los matadores hidrocálidos Arturo Macías y Juan Pablo Sánchez. El primero de ellos: Macías, a pesar de ya ha toreado tras la tremenda cornada que sufrió en Aguascalientes, continúa rehabilitándose, aunque no escatimó un ápice al desbordarse en el ruedo; mientras que el segundo: Sánchez, se prodigó tanto en su faceta lidiadora como en la de arte y temple.

Juan Fernando, llegó desde Monterrey, su tierra natal, donde fue el triunfador en la corrida por el 86 aniversario de la Plaza Monumental de la sultana del norte, también fue parte de esta importante doble jornada campera. El mexiquense Calita se hizo presente con su forma de interpretar el toreo.

El tlaxcalteca Sergio Flores y el hidrocálido Héctor Gutiérrez dictaron una lección de cómo mandar y conducir la embestida de los toros, en trasteos en los que volvieron a ponerse frente a la cara de un burel, luego de las lesiones que sufrieron en recientes corridas. El zacatecano Antonio Romero se entonó en una faena corta pero valiosa que tuvo su miga.

Además, torearon los novilleros Julián Garibay, César Pacheco, César Ruiz y Efrén Cabrera, quienes, bajo la guía del matador Manolo Mejía, aquilataron la oportunidad de obtener más conocimientos y experiencia de la técnica del toreo a la vera de tantos matadores. Al final se aprobaron algunos toros para convertirse en sementales.

Al siguiente día, las acciones transcurrieron con menos invitados por lo que contaron con mayor intimidad, con un son más reposado y con la oportunidad de escuchar de forma directa los comentarios de este criador de toros de lidia.

Con importantes faenas y un increíble suceso donde participaron los toreros Sergio Flores, Antonio Romero y Héctor Gutiérrez, quienes se dieron un banquete con las embestidas de los bravos toros de esta casa ganadera capitalina.