La actividad taurina en distintas plazas de México avanza con normalidad en estas primeras semanas de agosto, y mantendrá un ritmo ascendente hasta finales de mayo del año entrante, por lo que resulta lógico establecer que estamos en el comienzo de la Temporada 2023-2024, en una época crucial para la fiesta de los toros.

Y salvo la Feria de Teziutlán, que no se puedo celebrar debido a un amparo antitaurino, se están dando los festejos acostumbrados en distintas ferias, y pronto también habrá toros en Zacatecas y novilladas en Guadalajara, un hecho trascendente para los novilleros.

Mientras eso ocurre en la provincia, la Plaza México cumplió 15 meses cerrada y ahora mismo estaríamos a dos meses y medio para que, en teoría, se pusiera en marcha la Temporada Grande a principios de noviembre, como está previsto en el reglamento taurino una vez que se vende el del Derecho de Apartado.

Sin embargo, el asunto legal sigue su curso en los tribunales y el aplazamiento de la audiencia constitucional, que en un principio estaba fijada hace algunas semanas, ha obligado a extender la desesperante incertidumbre que mantiene en vilo a la Fiesta Brava en la capital. Ahora será hasta el miércoles 27 de septiembre, a las 09:45 horas, la fecha en que se realizará dicha audiencia, en la que los magistrados del Juzgado 1 de Distrito determinarán si procede o no el amparo que interpuso Justicia Justa en mayo de 2022.

En caso de que esta resolución sea favorable a la causa taurina, la Plaza México podría dar toros de inmediato. Pero si el amparo sí procede, y la suspensión definitiva se mantiene, la alcaldía Benito Juárez no estaría facultada para otorgar permisos para los espectáculos taurinos, por aquello de que, según Justicia Justa, este acto atenta contra un "medio ambiente sano" y se trata de un asunto de derechos humanos.

En cambio, si la decisión favorece a Justicia Justa, la Plaza México solicitaría el recurso de revisión, porque en caso contrario el amparo se quedaría en firme y eso representaría la puntilla para los toros en Ciudad de México, un hecho que encaminaría al coso de Insurgentes hacia su triste destino: la picota, tal y como ocurrió en 2008 con El Toreo de Cuatro Caminos, donde hoy se levanta un rentable complejo inmobiliario.

Entonces, la Plaza México, ese gran bastión de la tauromaquia en esta orilla del Atlántico, sería historia para la remembranza de una América taurina que perdió el Nuevo Circo de Caracas y la Monumental Quito hace muchos años, mientras que la apertura de la plaza Santamaría se tambalea y sigue a la espera de ver quién es el valiente que dará toros en Bogotá, tal y como no lo ha habido en la Monumental de Barcelona, donde tampoco están prohibidos los toros, pero sí "suspendidos" por voluntad de los taurinos. Y a fin de cuentas, eso viene a ser casi lo mismo.