Con la actuación de ayer en Madrid de Arturo Saldívar, los toreros mexicanos ya desfilaron al completo en la presente Feria de San Isidro, donde hasta ahora se han cortado un total de 15 orejas en 19 festejos, lo que viene a ratificar la dificultad, en algunos casos, de triunfar en la llamada "primera plaza del mundo".

De esas 15 orejas concedidas desde el pasado 10 de mayo, 11 han sido para toreros a pie y cuatro para un rejoneador: Diego Ventura, que en una corrida mixta cuajó una gran faena, y repitió color en la de rejones, donde volvió a marcar las diferencias con un toreo de gran nivel.

La enorme disparidad de criterios en el palco de la autoridad de Las Ventas es evidente, así que, para triunfar con mayor o menor benevolencia, todo depende de a quién le toque presidir el festejo o las circunstancias previas, en una labor que, muchas veces, se antoja harto compleja o hasta veleidosa.

De los trofeos entregados en todos estos eventos, el promedio es de menos de una oreja por tarde, así que el triunfo obtenido por Leo Valadez, que fue el único de los nuestros que tocó pelo, debe considerarse como un importante logro que este año tendrá que redituarle más contratos que en plazas de Europa, donde en 2022 toreó 14 corridas (11 en España y tres en Francia), con un balance de 21 orejas cortadas. 

Y si bien es cierto que no le darán el cuartel que merece, porque de suyo se sabe que "España es para los españoles", sí que acabará apareciendo en distintas ferias por méritos propios, y también porque llegó el momento en que la empresa que lo apodera se vuelque por completo con su carrera y contribuya a posicionarlo de cara a México. Argumentos para que así suceda están a la vista.

A Isaac Fonseca no le ayudó la suerte en Madrid. Sin embargo, el moreliano dejó constancia de su ambición en aquella primera comparecencia de los mexicanos en San Isidro, que ya se va quedando muy atrás en el tiempo, a pesar de que apenas hayan pasado 17 días desde que confirmó su alternativa con mucha dignidad y no perdió crédito. Pero ahora tendrá que remontar y convertirse en el triunfador de la Copa Chenel para tratar de ganarse el puesto vacante en la Feria de Otoño.

La displicente actitud de El Payo en su tarde madrileña, contrastó con la convicción de Arturo Saldívar, que salió de la plaza con la seguridad de que podría volver a torear en Madrid. Y sin haber cortado la oreja al primer toro del lote más exigente del encierro de Santiago Domecq, su decidida actitud a la vista de todos.

Vamos a ver cómo se desarrolla el resto de la temporada madrileña, que suele celebrar unos 70 festejos por año, con la esperanza de que algún novillero mexicano, como podría ser Rubén Núñez o Bruno Aloi, tengan la oportunidad de torear a lo largo del verano en Las Ventas, además del regreso de Leo Valadez, que, de momento, ha sido el torero mexicano que más alto puso el nombre nuestro país.