El pasado lunes 24 falleció el gran aficionado y ganadero don Félix Joaquín Cantú Ayala, propietario de la ganadería Mar de Nubes, luego de permanecer encamado a consecuencia de un derrame cerebral, que derivó en un estado de coma que no logró superar.
"El Ingeniero Félix", como se le conocía, fue un destacado profesionista egresado de la Universidad Autónoma de Nuevo León, a la que apoyó incondicionalmente en grandes proyectos relativos a su profesión en las Facultades de Ingeniería Civil y Agronomía.
Apasionado del caballo español, lusitano y árabe, Félix Cantú cosechó innumerables premios internacionales, sobre todo los concernientes a esta última raza. Hombre siempre discreto, caballeroso, amable y gentil, el ingeniero Félix cosechó amistades en el mundo taurino y siempre estuvo relacionado con el maestro Eloy Cavazos, con quien llevaba una amistad "de hermanos".
Es el propio maestro de Ciudad Guadalupe quien hace una semblanza del ahora fallecido.
"Hablar de Félix Cantú es para mí, maravilloso. El ingeniero formó su ganadería con vacas de Gerardo Martínez, sementales de don Fernando de la Mora, Reyes Huerta y también con vacas de Fernando de la Mora, en una ganadería muy bonita en el municipio de Aldama, Tamaulipas.
Su hijo Félix, que es un gran rejoneador y conocedor de caballo, la va a llevar como Félix quería. Como ganadero, el ingeniero Félix lidió varias corridas de rejones y novilladas. Comentó que a los tentaderos siempre invitaba a los toreros jóvenes que surgían tanto de Cadereyta, como de Monterrey, de donde era originario.
"Una cosa muy interesante de sus tentaderos es que después de ser vista cada vaca, se la echaba también al caballo para rejones. Él manejaba las dos lidias en la tienta, para los de a pie y para el rejoneo".
El ingeniero Félix platicaba su pasión por el toreo y las grandes tardes que como aficionado disfrutaba, siendo muy joven, en la desaparecida Plaza Guadalupe y posteriormente en las de Monterrey, que han sido varias.
"Antes de conocerme a mí y ser mi hermano y seguidor en las plazas de toros, ya trataba con ganaderos portugueses y españoles, ya que el toro y los caballos siempre van unidos. Tanto Félix padre como su hijo son unos apasionados del caballo e inclusive se han ganado varios premios de la raza árabe. El caballo fue el que llevó a Félix al toro bravo", recordó Cavazos.
Para finalizar dijo que recordará por siempre a quien fue un gran amigo personal, de la familia y de los toreros del Norte.
"Fue una amistad de hermanos, siempre le dije hermano. Quiso mucho a toda la cuadrilla, siempre nos quiso, nos prestaba de repente su avión para poder ir a torear una corrida de un día para otro… fue un hombre impresionante, para mí un hermano. Descanse en paz", expresó el maestro Cavazos.